El alcalde de Trebujena, Jorge Rodríguez, comunicó este jueves su renuncia al cargo después de una década al frente del gobierno local. En una carta dirigida a sus vecinas y vecinos, explicaba las causas por las que ha tomado la decisión, aunque en ningún caso apuntaba a que lo ha hecho público después de asegurarse un sueldo de 50.258 euros como presidente del Consorcio de Aguas de la Zona Gaditana, en el que ha pasado a tener dedicación exclusiva tras el acuerdo adoptado en la asamblea del ente celebrada este pasado martes.
Es la primera vez que un presidente del CAZG cobrará un sueldo por asumir dicha función y, de hecho, la aprobación de la medida llega rodeada de una enorme polémica por la forma en que se consumó, ya que el PSOE, que tiene mayoría en la citada asamblea, votó en contra, pero la ausencia de algunos de sus consejeros, entre ellos los de Puerto Real, Sanlúcar y Chiclana, y el abandono de la sesión por parte de los de Jerez y San Fernando, propiciaron que Rodríguez sacara adelante el punto gracias a los votos a favor de PP, IU y AxSí.
En este sentido, la decisión deja en una posición muy delicada al actual presidente del Consorcio, pero también al PSOE. Su secretario general provincial, Juan Carlos Ruiz Boix, apuntaba que “los ayuntamientos socialistas que forman parte del consorcio hemos tenido un largo debate sobre esa realidad que nos planteaba el presidente y le dijimos que no la compartíamos”, pero lo que más les ha descuadrado es que haya dimitido como alcalde “después de asegurarse una puerta giratoria”.
Ruiz Boix insiste en que antes de la celebración de la asamblea le trasladaron a Rodríguez que no había “necesidad de contar con una presidencia con dedicación exclusiva”, y mucho menos “coincidiendo con los momentos que estamos viviendo de crisis”, por lo que le pidieron que “debía apartar y posponer ese debate”. Sin embargo, siguió adelante y logró su objetivo.
No obstante, otras fuentes socialistas inciden en las diferencias internas entre los que optaban por decantarse por una abstención y los que lo hacían por el voto en contra, hasta el punto de que la decisión inicial fue la de abstenerse como parte de un acuerdo con Rodríguez, que incluiría la creación de un posible nuevo puesto de asesor en el CAZG. De hecho, ésa fue la circunstancia que provocó la ausencia de destacados consejeros socialistas en el momento de la votación, puesto que no estaban de acuerdo con la abstención ni con el giro en la gestión por parte del presidente del Consorcio, a quien culpan de usar el ente como un “chiringuito” en el que ya cuenta como asesores con dos empleados del Ayuntamiento de Trebujena, al tiempo que alertan de la convocatoria de una nueva plaza de gerente.
En cualquier caso, Ruiz Boix avanza que “vamos a realizar un encuentro de los responsables socialistas presentes en el Consorcio para decidir las nuevas actuaciones que llevaremos a cabo después de acordar esa liberación”. ¿Una revocación? El secretario general elude el término y lo reduce a valorar “la suma de los responsables socialistas que forman parte del Consorcio. Sumamos un número suficiente como para realizar esa mayoría absoluta en el Consorcio, y vamos a reflexionar sobre esa propuesta que no fue compartida por el PSOE”.
Desde el PSOE de Trebujena, su portavoz, Miguel Guerra, lamenta la “maniobra indecente” del aún alcalde: “Con los transportistas en la calle, con los precios al alza, con la población pasándolo mal, y consigue una liberación económica que no ha tenido ningún presidente del Consorcio”. En su opinión, se trata de una “decisión desacertada del Consorcio” e invita a que el ente “se replantee la situación”. Guerra admite que hay que pedir “explicaciones” a su partido por lo ocurrido, “pero también a los que votaron a favor: PP y AxSí”.
Desde septiembre en el cargo
Jorge Rodríguez sucedió en septiembre pasado al frente del CAZG a Víctor Mora, alcalde de Sanlúcar, que presentó su dimisión un mes antes tras el “chantaje” -dijo- al que le estaba sometiendo el Comité de Empresa. Pese a que el PSOE tenía mayoría en el ente, decidió dar el testigo a un alcalde de IU, definido por entonces como su “relevo natural”. De hecho, Mora defendió que “tenemos un proyecto de Consorcio con IU” para justificar el cambio, aunque la decisión causó descontento en el PSOE.
