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Todo está ferpecto

¿A qué está esperando Pedro Sánchez?

El presidente no asume que, le guste o no, tal vez sea el momento de negociar. ¡Lo ha hecho hasta con terroristas!, ¿por qué no iba a hacerlo con autónomos?

Publicado: 27/03/2022 ·
13:46
· Actualizado: 27/03/2022 · 13:46
  • El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se quita la mascarilla. -
Autor

Daniel Barea

Yo soy curioso hasta decir basta. Mantengo el tipo gracias a una estricta dieta a base de letras

Todo está ferpecto

Blog con artículos una mijita más largos que un tuit, pero entretenidos. Si no se lo parece, dígamelo con un correo

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Pedro Sánchez es marxista. De Groucho. Sus principios cambian según sople el viento. El volantazo con respecto a la tradicional posición de España con la independencia del Sáhara es desconcertante. La prensa de izquierdas se afana en justificar la decisión argumentando que, con la guerra de Ucrania es suficiente: Europa no puede permitirse un flanco débil en el sur con la crisis con Marruecos. Pero esta operación puede acarrear serios problemas con Argelia y, por lo tanto, comprometer el suministro de gas, escaso y caro con el bloqueo a Rusia.

Pedro Sánchez es marxista (de Groucho) y dócil. Manda la Unión Europea. De manera que sus declaraciones, advirtiendo de que bajará el precio de la energía diga lo que diga Bruselas, son increíbles. En cualquier caso, nadie entiende por qué demonios espera al día 29 de marzo cuando en España estamos a un tris de la explosión social por el desorbitado incremento de los precios.

Pedro Sánchez es marxista, dócil y un poco Mariano Rajoy. Su incapacidad para reaccionar ante los problemas de Estado recuerdan fatalmente al presidente del PP, que se fumaba un puro mientras veía las calles arder e incluso se permitió el lujo de alargar la sobremesa mientras en el Congreso de los Diputados se debatía la moción de censura que le desalojó del poder.

Hay problemas de abastecimiento en mercados y supermercados. Puntuales, sí, pero, si los paros de los transportista se alargan, la cosa se puede poner fea. La CEOE pide que intervenga. Y Pedro Sánchez sigue sin asumir que, le guste o no, tal vez sea el momento de negociar. ¡Lo ha hecho hasta con terroristas!, ¿por qué no iba a hacerlo con autónomos? La respuesta la dio la portavoz del Gobierno, cuyo nombra da igual reproducir aquí porque, una vez que abandone su cargo, la olvidaremos todos. Resulta que las movilizaciones de los camioneros es cosa de la ultraderecha. Fin de la cita.

Pedro Sánchez es marxista, dócil, un poco Mariano Rajoy, y está abonado a la política torticera, esa que hacen cachorros amamantados desde su afiliación por el poder casi ilimitado de los partidos políticos a cuenta del dinero público. Uno no es presidente del Gobierno para analizar la actualidad desde el sectarismo o el simplismo. Como cuando señala a Ucrania para explicar los males de España. Uno es presidente del Gobierno para tomar decisiones. Duras e impopulares si es preciso.

Se ha puesto la cosa para dejar de protagonizar series documentales, posar ante las cámaras o tuitear. Si Pedro Sánchez ha de dar un nuevo volantazo que sea hacia un pacto de Estado con el PP. No lo hará. Ni Pedro Sánchez está a la altura ni el principal partido de la oposición le interesa lo más mínimo resolver problemas. Andan disputándose el liderazgo de la formación para seguir gestionando la miseria ideológica de la formación entre los que consigan colocarse mejor.

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