El acuífero de Doñana muestra una tendencia negativa y la mayoría de sus zonas se encuentran en una situación de "alerta", según los resultados del control oficial de las aguas subterráneas realizado por la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, desde donde se aconseja la aplicación del Plan Hidrológico para "revertir la situación".
Así se recoge en el 'Informe sobre el estado de los acuíferos del entorno de Doñana', correspondiente al año hidrológico 2020-2021, que será presentado la próxima semana en la Comisión de Trabajo de Aguas del Consejo de Participación de Doñana.
Este documento, al que ha tenido acceso EFE, señala que de los 16 sectores en los que se divide el acuífero, tan solo uno está en situación de normalidad; dos se hallan en estado de 'prealerta', diez en 'alerta' y otros tres en 'alarma'; al tiempo que 10 de ellos presentan una situación peor a la que sería la lógica, teniendo en cuenta la lluvia caída en el último año.
La precipitación del año hidrológico 2020/21 fue de 412 mm (Octubre 2020 - Septiembre 2021), un 20 % por debajo de la media, por lo que se considera seco, prolongando un año más un período iniciado hace una década, considerada como la más seca desde 1970.
Los técnicos precisan que "el actual grado y modo de explotación de los recursos subterráneos del acuífero, de mantenerse, comprometería su buen estado y el de los ecosistemas terrestres que de él dependen, lo que se refleja en el hecho de que tres de las cinco masas de aguas subterráneas que forman el sistema no alcanzan el buen estado cuantitativo".
En opinión de los técnicos de la CHG, esta situación "obliga a la administración hidráulica a tomar una serie de medidas para asegurar el no deterioro, así como a realizar todas las acciones posibles para revertir este mal estado con vistas al horizonte de 2027".
Tras recordar que la CHG declaró el 16 de Julio de 2020 en Junta de Gobierno declarar en mal estado tres MASB (Almonte, Marismas y La Rocina) y en riesgo de no alcanzar el buen estado cuantitativo y tampoco el químico en caso de La Rocina, inciden en la necesidad de desarrollar una estrategia para el buen estado de las masas de agua de Doñana que debe contemplar, entre otros aspectos, el "incremento cero" de la superficie susceptible de obtener concesión para riego, la aplicación rigurosa de la legalidad, el cierre de captaciones ilegales o la eliminación de regadíos no legalizables.
Se plantea como horizonte la vuelta en 2027 a la situación del año 2000, lo que requerirá como mínimo la implementación completa del trasvase de 19,99 hm3 previsto en la Ley 10/2018, así como medidas para disminuir las extracciones en la zona de contacto entre las masas de agua Almonte y Marismas con aportación de aguas superficiales incrementando; uso conjunto de aguas reguladas, no reguladas, regeneradas y subterráneas, de modo que estas disminuyan sustancialmente o recarga artificial en aquellas zonas donde sea viable.
Por último, se apuesta por la elaboración por parte de la administración de Planes de Extracción, que garanticen el cumplimiento de los objetivos planteados; el refuerzo de la guardería fluvial, o la incorporación de la modelización hidrogeológica de Doñana al trabajo cotidiano de la CHG para el apoyo a la toma de decisiones.
Huelva
La mayor parte del acuífero de Doñana está en situación de "alerta"
La Confederación Hidrográfica del Guadalquivir aconseja la aplicación del Plan Hidrológico para "revertir la situación"
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