La Memoria de Sostenibilidad del pasado año de Aborgase, que gestiona la planta de recogida y tratamiento de residuos de Montemarta-Cónica en Alcalá de Guadaíra y que da servicio a 42 municipios, incluida Sevilla capital, reconoce que de las 683.000 toneladas de residuos sólidos urbanos que le llegan a las instalaciones sólo se recuperan 18.351 toneladas, es decir, un 2,68% del total de residuos que le llegan.
Según estos datos, a los que la empresa se ha remitido cuando este periódico ha requerido información al respecto, en el año 2021 se gestionaron en la empresa 683.000 toneladas de residuos sólidos urbanos (RSU), de los que fueron recuperados 10.614 toneladas de subproductos, lo que representa un 1,55% del total, y de selección, 7.737 toneladas de envases, lo que representa un 1,13% del total.
Así, de las toneladas totales que se gestionaron, sólo se recuperaron 18.351, un 2,68%, aunque la empresa no especifica en su memoria datos desglosados por tipos de subproductos (sólo que fueron 1.144 toneladas de biosanitarios tratados) ni de las diferentes líneas que trabaja.
Eso sí, destacan la producción de 10 MWh de energía procedente de biogás, los 59.206 MWh de energía eléctrica cogenerada, que se han evitado 15.334 toneladas de emisiones de CO2, la reducción de la huella del carbono en un 21% y el ahorro de recursos hídricos en 905 metros cúbicos.
Aborgase no ha hecho ninguna valoración sobre el durísimo informe del Tribunal de Cuentas sobre la Mancomunidad de los Alcores ni sobre la petición expresa que realiza de que se licite ya la concesión administrativa de la planta de Montemarta-Cónica, que continúa gestionando Aborgase con una “prórroga forzosa” desde 2016. Tampoco contestan sobre el proyecto de ampliación de la vida de las instalaciones, ahora en tramitación ante la Junta.
Sus avances
Aborgase expone que mantienen los “programas de inversión circular, con mejora continua de instalaciones y avanzando en otras nuevas para hacer la gestión más eficiente” y en el área de innovación crecen en “tecnologías como el hidrógeno, combustibles sintéticos, reciclado químico o bioproductos”, apuntando que las nuevas exigencias normativas suponen retos “enormes” pero también “grandes oportunidades”. Según señalan, “han cumplido” con los objetivos marcados en su estrategia de adaptación a una economía circular.
Entre las medidas en las que han avanzado incluyen la renovación de equipos principales de selección de envases, ópticos y Foucault, además de realizar inversiones para el tratamiento de residuos biosanitarios con la renovación de autoclave y caldera de planta de biosanitarios, para la construcción de carretera interna y para la puesta en marcha de nuevo vaso de vertido.
Por otro lado, destacan sus “grandes proyectos venideros”, como la línea de tratamiento de residuos sólidos urbanos de 150.000 toneladas, el proyecto planta solar fotovoltaica sobre vasos clausurados y la posible valorización de biogás mediante su conversión en biometano e inyección en red.
Entre sus logros apuntan la experiencia de producción de hidrógeno a partir de biogás de vertedero, superando las 3.000 horas de operación en continuo (coste de producción estimado de 2,5 euros el kilo) y el proyecto de producción de combustible sintético de aviación a partir de biogás de vertedero.
En cuanto a la valorización de residuos, han completado el proyecto de producción de bioestimulantes a partir de la FORS, y ensayado en cultivos reales de hortalizas. Cuentan con equipos de laboratorio de fermentación e hidrólisis de la materia orgánica, y se ha presentado el proyecto para producir compost y biestabilizado mejorado con microorganismos con actividad bioestimulante, para desarrollar un producto integral.
Sobre los plásticos, está en marcha, incluyendo laboratorio, el proyecto de innovación en reciclaje químico de plásticos, enfocado en el reciclaje de film monocapa y multicapa por deslaminado y reciclaje mecánico.
Bajo rendimiento
En la memoria referida a 2020, Aborgase sí que reconoce el “bajo rendimiento” de la instalación de tratamiento de residuos, especialmente por el elevado contenido de subproducto “mezcla mala”, aunque esperan lograr un ratio de eficiencia incluso superior al 100% con la nueva línea, y reconocen la necesidad de “mejorar el rendimiento” de la planta de recuperación de residuos de envases.
También reconocen la “baja eficiencia de recuperación de subproductos en la fracción resto debido a la humedad en la materia orgánica”, por lo que proponen implantar la recogida selectiva de materia orgánica, que ha comenzado en varios ayuntamientos, incluida la capital, lo que supondría pasar de una ratio de recuperación del 4%, que es el “escenario base”, a un 28%, y además proponen “optimizar las rutas de transporte” de la recogida.
Peores que los de 2018
Los datos confirmados por Aborgase en su Memoria de Sostenibilidad de 2021 son incluso peores que los reflejados por la ONG Rethinking a partir de datos de 2018, que sí reflejaban los tipos de residuos y las instalaciones.
Así, según Rethinking, en 2018, la planta de Montemarta-Cónica recibía 425.287,6 toneladas de residuos en masa en triaje en la planta de compostaje, de los que se recuperaron 711 toneladas de papel/cartón, algo más de 23 toneladas de compuestos y 2.385 de otros materiales, a los que les añadían las 10.916 toneladas que se estabilizan.
El resto del material, es decir, 365.501,92 toneladas, iban directamente a vertedero, sin incineración contemplada, lo que supone el 85,9% del total, siendo recuperado sólo el 1,8% y bioestabilizado, un 2,6% de lo que entra en compostaje.
Con respecto a la planta de clasificación, de las 11.383 toneladas que entraban en Montemarta-Cónica, se recuperan 714 toneladas de otros compuestos mientras que termina en vertedero las 5.325,5 toneladas restantes, es decir, el 46,8%, lo que implica que apenas se superaba la mitad de de lo que entró en la planta de clasificación.