El delegado de Turismo, Cultura y Deporte en Granada, Fernando Egea ha afirmado este sábado que el retablo mayor de la iglesia de Alfacar se encamina hacia su total recuperación en el año 2023.
Realizado en el siglo XVIII por autor desconocido, y dorado en 1761, el mismo preside este templo declarado Bien de Interés Cultural con la tipología de monumento.
Fernando Egea, acompañado del párroco de Alfacar, Juan Cara y del delegado de Patrimonio del Arzobispado de Granada, Antonio Fernández Siles, se han desplazado hasta el templo para comprobar la evolución de las actuaciones que acomete la empresa Julia Ramos, especializada en restauración de bienes del patrimonio histórico, según una nota de la Junta.
El coste total de los trabajos supera los 51.000 euros, de los cuales la Junta de Andalucía aporta 30.000 euros en el marco de la convocatoria de ayudas de Arte Sacro de la Consejería de Turismo, Cultura y Deporte.
Las actuaciones consistirán en solventar los problemas existentes por la aparición de grietas, la falta de soporte, arañazos, desgastes por abrasión, faltas en el dorado así como quemaduras como consecuencia de la utilización de velas.
Por tanto, el objetivo de la restauración será no sólo el de devolver el esplendor artístico al retablo, sino también el de devolver la integridad física al mismo. El plazo total para acometer los trabajos se estima en el entorno de los ocho meses.
El delegado de Turismo, cultura y Deporte ha mostrado su satisfacción por la recuperación de un retablo que preside una de las iglesias más relevantes del área metropolitana de Granada.
"Esta pieza supone no sólo la contribución a la recuperación y puesta en valor la iglesia de Alfacar, que es uno de los monumentos más relevantes de la zona, sino también el impulso a un recurso turístico como es el patrimonio histórico en una zona que tiene una fuerte potencialidad en este ámbito", según ha señalado.
Asimismo Fernando Egea ha vuelto a recordar la importancia de estas ayudas de Arte Sacro de la Junta de Andalucía que están contribuyendo a que muchas parroquias o hermandades se animen a la recuperación de parte de su patrimonio histórico, impulsando así no sólo la puesta en valor de nuestro patrimonio histórico, sino también la dinamización de un sector laboral como el de la conservación y restauración de los bienes culturales muy necesitado de la cooperación de las instituciones.