La selección italiana se levantó del golpe recibido de España en semifinales para repetir tercera plaza en la Liga de Naciones y dejar en una situación delicada a Ronald Koeman al mando de Países Bajos, selección vulnerable que encajó siete tantos en los dos partidos de la fase final y recibió silbidos de la afición del anfitrión que decepcionó.
El orgullo de Italia explotó la vulnerabilidad de Países Bajos. Añorando Koeman, en tiempos de reconstrucción, a dos referentes como De Ligt y Memphis Depay, en un torneo en el que las esperanzas de conquistar un título 35 años después se transformaron en profunda decepción.
El carácter competitivo italiano se impuso desde el inicio. En esta ocasión dando la vuelta a lo ocurrido en semifinales, con el tanto tempranero de Yeremy Pino. Fue la 'azzurra' la que comenzó golpeando con apenas seis minutos de partido, cuando Dimarco exhibió su potente zurda. De una acción que nació con una subida por banda y un centro pasado desde su costado, acabó estando en la zona del área donde regresó el esférico para firmar una definición magnífica de exterior de zurda.
La misma inseguridad neerlandesa exhibida ante Croacia reaparecía. Ante una Italia más intensa, no encontró la forma de generar peligro en el primer acto. Un testarazo de Van Dijk, que pidió penalti por mano, era la única llegada antes de recibir un nuevo golpe. Frattesi hacía el segundo a placer a los 20 minutos, tras varios rechaces.
Aparecía con peligro siempre Dimarco, que pudo convertir el duelo en goleada con un zurdazo que acarició la escuadra. Un carrilero que de la misma manera que apura el carril izquierdo para encontrar pases de peligro, se descuelga hacia el centro para explotar su buen golpeo.
Países Bajos, como en semifinales, se basó en la calidad de De Jong en la creación y la voluntad de Gapko, con el punto de mira desviado al perdonar la más clara antes del descanso con todo para marcar, pero picar el balón para que rozase el poste. La queja de la afición local con silbidos espoleó a los jugadores en el segundo acto. Tiró de orgullo ante su poco fútbol Países Bajos, que buscó el empate hasta el final.
Aumentó presencia en área rival con la entrada de un punta como Weghorst, colgó más balones y provocó que Italia reculase. Por insistencia acabó marcando, tras el centro de Gapko, el gran control Bergwijn y su maniobra, pisando el balón con la derecha y marcando de un zurdazo seco.
Pero las esperanzas de una selección endeble apenas duraron cinco minutos. Italia enganchó varias contras y a la tercera no perdonó Chiesa, con todo el carril libre para correr y cruzando su disparo a Bijlow. Solo le quedaba a Países Bajos luchar hasta el final y llegó a ver de cerca los penaltis después de un tanto anulado desde el VAR a Weghorst por fuera de juego y el 2-3 definitivo de Wijnaldum a pase de De Jong. Mancini encontró respuesta en los jóvenes; Koeman está en problemas.
Ficha técnica:
2 - Países Bajos: Bijlow; Dumfries, Geertruida (Wijnaldum, m.46), Van Dijk, Aké; Wieffer (Veerman, m.76), De Jong, Simons (Koopmeiners, m.63); Malen (Bergwijn, m.46), Gakpo y Lang (Weghorst, m.46).
3 - Italia: Donnarumma; Tolói, Acerbi, Buongiorno, Dimarco (Spinazzola, m.74); Frattesi, Cristante, Verratti (Barella, m.85); Gnonto (Zaniolo, m.63), Retegui (Pellegrini, m.85) y Raspadori (Chiesa, m.63).
Goles: 0-1, m.6: Dimarco. 0-2, m.20: Frattesi. 2-1, m.68: Bergwijn. 1-3, m.73: Chiesa. 2-3, m.90: Wijnaldum
Árbitro: Glenn Nyberg (Suecia). Amonestó a Weghorst (95) por Países Bajos; y a Dimarco (34), Barella (92) y Acerbi (95) por Italia.
Incidencias: final de consolación de la tercera edición de la Liga de Naciones, disputado en el Twente Stadion de Enschede ante 22.000 espectadores.