El Valencia Basket llega a esta nueva edición de la Copa del Rey, que abrirá en cuartos de final ante el Dreamland Gran Canaria, con un camino claro para optar al título, que es impedir que sus rivales superen los 80 puntos, pero con algunas dificultades para seguir esa hoja de ruta de manera regular.
El equipo valenciano llega a esta cita con un prometedor balance de 13-13 en la Euroliga que mantiene sus aspiraciones de poder superar la fase regular de la competición y en sexta posición de la ACB, con un triunfo menos que el equipo canario, que es cuarto.
El porcentaje de victorias del Valencia entre la ACB y la Euroliga en los choques en los que ha dejado a su rival por debajo de esa barrera de puntos se acerca al 80% (78,6%) mientras que le ha costado mucho más ganar cuando los contrarios han superado esa línea y solo ha vencido en el 20% de esos encuentros.
Uno de esos partidos en los que su rival pasó de los 80 puntos y le ganó fue el que disputó en la Fonteta ante el Dreamland Gran Canaria, que permitió a su primer rival copero llegar como cabeza de serie a un sorteo en el que quedaron emparejados (79-86). Su peor porcentaje de triples y su mayor número de pérdidas fueron determinantes en esa derrota y serán algunos de los aspectos que más traten de cuidar el jueves.
El equipo de Álex Mumbrú ha demostrado que puede marcar los encuentros con su defensa pero, aunque en este arranque de campaña ha enlazado partidos con un gran trabajo atrás, ha tenido también importantes altibajos en ese aspecto. De hecho, a esta cita llega tras haber sufrió una dolorosa derrota en la cancha del Bilbao Basket por 93-78, la segunda seguida con la que llega a Málaga tras haber caído días antes el Olympiacos.
El técnico criticó públicamente la falta de concentración de su equipo en Miribilla y también recordó a sus jugadores que si no defienden no son capaces de competir. El Valencia ya ha dado muestras en varias ocasiones que le faltan argumentos ofensivos para jugar a intercambiar canastas.
La llegada hace un mes y medio del base Kevin Pangos no ha supuesto hasta ahora la mejoría en el ataque colectivo que se esperaba. Su bajo estado de forma ha impedido llevar a cabo el plan de 'trasladar' al estadounidense Chris Jones a la posición de escolta para que fueran el canadiense y el serbio Stefan Jovic los directores de juego.
Muy dependiente de sus individualidades, el Valencia aspira a generar puntos desde el dos contra dos y también a que una mejor circulación le pueda ayudar también a anotar con algo más de fluidez en el juego en estático. No obstante, la principal preocupación es ofrecer su mejor versión defensiva.
Para este torneo, el Valencia tendrá la baja segura del interior Boubacar Toure y espera recuperar al también pívot Brandon Davies, que sufrió un esguince de rodilla hace dos semanas, y a Xabi López-Arostegui, que se lesionó el tobillo izquierdo el jueves. En cualquier caso, deberá descartar a uno de sus tres extracomunitarios, que son Justin Anderson, Jared Harper y Nate Reuver. Con mucha diferencia, el primero de ellos es el que está más en forma.
En el caso de improbable ausencia final de López-Arostegui y al tener solo otros tres cupos de formación local, Mumbrú se vería obligado a echar mano de algún canterano para no ir con una plantilla de once y la plaza se la jugarían Lucas Marí y Sergio De Larrea. Si Davies y el internacional español están disponibles, además de a un jugador extracomunitario deberá hacer Mumbrú otro descarte que no sea cupo.
