El abogado uruguayo y testaferro confeso del expresident de la Generalitat Valenciana y exministro Eduardo Zaplana, Fernando Belhot, ha asegurado en el juicio del caso Erial que hizo llegar más de 2,3 millones de euros en efectivo, a través de cambistas, a la secretaria personal de Zaplana, Mitsuoko Henríquez, en ocho años.
"Una vez producida la operación -Zaplana- me llamaba y me decía que los documentos habían llegado, que estaba todo correcto", ha explicado Belhot en una declaración realizada por videoconferencia desde Montevideo (Uruguay) en el juicio sobre la supuestas "mordidas" por las adjudicaciones de las ITV valencianas y los parques eólicos.
Este especialista en finanzas internacionales ha explicado al juez que viajaba cada tres o cuatro meses a Madrid y que se entrevistaba con Zaplana para rendir cuentas de unas operaciones que se realizaban sin que mediase contrato u orden escrita alguna.
"Yo llevaba extractos de las operaciones, se los mostraba y él normalmente los destruía. Alguna vez me pidió una copia para mostrárselo a Grau -el supuesto contable de la trama-, pero la destruía después también, era muy cuidadoso, no quería tener nada en su poder que lo vinculase a esos activos", ha explicado Belhot.
Sobre el regreso de fondos a España, ha apuntado: "el procedimiento no era muy ágil, se podía demorar un mes o dos, pero era la única forma de hacer llegar dinero 'vivo', que era lo que quería el señor Zaplana", ha agregado este letrado, uno de los testigos claves de la Fiscalía, puesto que entregó a la justicia española 6,7 millones de euros que estaban depositados en Suiza titulados por una sociedad uruguaya y que eran propiedad, según ha asegurado, del exministro.
Este letrado uruguayo ha apuntado que Zaplana le pidió que no invirtiese parte de los fondos que gestionaba, que los mantuviese líquidos. "Yo le decía que eso no era rentable y además era peligroso, porque el dinero corría la suerte del banco. En cambio, si se invierte en valores la suerte del banco no nos afecta".
"Él -Zaplana- me decía que necesitaba dinero para sus gastos personales. Recuerdo que el pobre tuvo un problema de salud importante y que estaba pensando en realizarse un trasplante de médula en Nueva York, aunque luego creo que lo hizo en Valencia".
La comisión por los servicios prestados por Belhot era del 0,75 % anual del patrimonio administrado, más un bonus por rentabilidad o ganancias al término de ese ejercicio, pero asegura que nunca lo retiró, sino que lo dejaba contabilizado y "engrosando el capital administrado".
Preguntado por cómo contactó Zaplana con el, Belhot ha asegurado que el expresident le dijo que un amigo suyo de la infancia, "Pachano" -alias con el que se conoce al testaferro confeso de Zaplana Joaquín Barceló-, tenía estructuras económicas en España y en el extranjero y me pidió opinión".
"Hubo una reunión a la que asistieron Zaplana, Francisco Grau, Barceló y yo. Sobre las empresas españolas no opiné, pero las luxemburguesas dije que no era lo óptimo, que Uruguay ofrecía mejores condiciones... protección a las inversiones, uno de los mejores secretos bancarios del mundo y menos impuestos. En Uruguay hace 15 años el titular de la cuenta no aparecía en ningún momento".
"Grau mostró discrepancias a pasar fondos a sociedades uruguayas, imagino que perdía protagonismo o control de esos activos", ha agregado este letrado, que ha insistido en que sus acuerdos con Zaplana para la gestión de sus fondos fueron verbales.
"En principio se me dijo que el dinero era de Barceló, pero fui comprobando que quien tenía poder de decisión, quien siempre era consultado por Barceló y Grau era Zaplana, el verdadero 'decisor', y con el tiempo él me manifestó que era el dueño de la gran mayoría de esos activos y que no quería hacerlo público por su exposición, porque era miembro de un partido importante en España, por su carácter de empresario vinculado a la asesoría o actividades de lobby".
"Zaplana era extremadamente cuidadoso, en 9 años nunca me envió un solo correo, siempre hablamos por móvil, nunca por escrito", o a través de su secretaria.