La retirada de los banquillos del italiano Claudio Ranieri recuerda al valencianismo el legado de uno de los mejores técnicos de la historia del Valencia, un entrenador que volvió a hacer campeón al Valencia tras diecinueve años de sequía y que cimentó los éxitos del mejor Valencia de los tiempos modernos.
A sus 72 años Ranieri se retirará el próximo fin de semana tras la última jornada de la Liga italiana, en la que el pasado domingo certificó la permanencia matemática del Cagliari en la máxima categoría tras una segunda vuelta perfecta que le ha permitido salir de una situación de emergencia y llegar a la última jornada sin nada en juego.
Ranieri, que entrenó al Valencia en dos etapas distintas, dirigió al equipo de Mestalla en hasta 132 encuentros oficiales, siendo el octavo técnico con más partidos dirigidos de un Valencia al que catapultó al éxito a finales de los noventa y al que entregó un estilo de juego que perduraría durante una década además de dos títulos, la Copa del Rey de 1999 y la Supercopa de Europa de 2004.
Fue a pesar de un inicio difícil, cuando Ranieri tuvo que cambiar a marchas forzadas a un equipo que pasó de jugar bonito pero poco efectivo con Jorge Valdano a un estilo más práctico y defensivo con el italiano, que fue la punta de lanza de lo que durante diez años llevaría al Valencia a pasearse por Europa compitiendo por los títulos nacionales y europeos.
No lo tuvo fácil, ni siquiera en su presentación. El presidente de la entidad por aquel entonces, Paco Roig, le 'rebautizó' y le llamó Rinaldi y en su primer partido, el de la cuarta jornada de Liga, perdió ante el Real Madrid por 0-2, presagiando la dificultad de ese cambio de estilo.
De hecho, como también le pasaría cuatro años después a Rafa Benítez, Ranieri también tuvo que salvar un ‘match ball’. Fue cuando llevaba doce partidos en Liga. El Valencia apenas llevaba tres victorias en los once primeros encuentros ligueros con Ranieri, lo que hizo peligrar un puesto casi sentenciado cuando en el minuto 59 de la jornada 15 Antía marcó para la Real Sociedad el 1-0 en Anoeta. Sin embargo, en el 79, Mendieta empató el encuentro y ‘salvó’ a Ranieri.
Tras ello, el Valencia se aferró a la Liga y terminó clasificándose a la Intertoto en una temporada que sirvió para que Ranieri viera el potencial de jugadores como Claudio López o Adrián Ilie, al que Ranieri bautizaría como ’La cobra’, mientras que a Santiago Cañizares apodó como ’El dragón’.
Después de una primera campaña en la que amoldó a los jugadores a su estilo, el Valencia arrasó en la Intertoto y accedió a la Copa de la UEFA de 1998-99, donde cayó en los dieciseisavos de final ante un Liverpool que no ganó ninguno de los dos partidos pero que pasó por sus goles como visitante, al empatar a cero en Anfield y a dos en Mestalla.
No obstante, el Valencia empezó a sumar victorias en Liga hasta acabar la competición nacional en cuarta posición, ganándose un puesto para la Liga de Campeones por primera vez en su historia, mientras que en la Copa del Rey eliminó al Barcelona en cuartos ganando los dos partidos y arrasó al Real Madrid, al que ganó 6-0 en Mestalla en la mayor goleada de la historia del club valenciano al conjunto blanco para plantarse en la final.
Disputada en La Cartuja ante el Atletico de Madrid, el Valencia ganó tres cero al conjunto colchonero y acabó así con una sequía sin títulos que se alargaba durante diecinueve años en un partido que significó el último encuentro de Ranieri en su primera etapa en el Valencia, un club al que volvió en verano de 2004, cuando Rafa Benítez salió del club hacia Liverpool.
El italiano tomó de nuevo las riendas, aunque vivió la decepción de perder la Supercopa de España ante el Zaragoza, que ganó cero a tres en Mestalla y alzó un título del que el Valencia se redimió apenas unas semanas después levantando la Supercopa de Europa en Mónaco, el último título europeo del club.
Tras una mala temporada, en la que Ranieri sufrió las lesiones de jugadores importantes como Vicente Rodríguez o Pablo Aimar, el italiano fue destituido después de caer ante el Steaua de Bucarest en dieciseisavos de final de la Copa de la UEFA.
Pese a ello, el buen recuerdo dejado por el italiano propició que volviera a València en el partido del Centenario de la entidad, cuando fue, de hecho, el técnico de las leyendas del equipo al que dirigió en casi tres temporadas, en el que consiguió dos títulos y al que ayudó a cimentar su periodo más exitoso de los últimos cincuenta años.
Aunque los éxitos de Ranieri se miden también en otras ciudades como Leicester, en Florencia o incluso en Cagliari, donde el pasado fin de semana salvó a uno de los equipos con menor presupuesto de la Serie A, el recuerdo de su figura en València seguirá siendo imborrable.