Mientras prosiguió ayer el lento escrutinio de los votos, cuyo cómputo final se podría conocer hoy, las urnas han castigado duramente al gobernante Fianna Fáil (FF), que podría perder, según los sondeos, más de cincuenta
escaños respecto a las elecciones de 2007, cifra récord para la hasta ahora formación hegemónica irlandesa.
Tal es la magnitud de su descalabro electoral que Fianna Fáil podría quedarse finalmente sin diputados por las doce circunscripciones.