Un hombre ha quedado en libertad con cargos por, supuestamente, grabar con un sistema de cámaras ocultas que simulaban ser detectores de humo o perchas para colgar la ropa a sus inquilinos, clientes y empleadas tanto de una vivienda que alquilaba a familias como en un establecimiento comercial anexo que dirigía.
Según la Guardia Civil, la vivienda y la tienda se hallan en la población alicantina de Sax y los hechos se han destapado a raíz de que uno de los inquilinos descubrió una cámara escondida durante la reforma del piso que había alquilado, donde se captaban imágenes de las habitaciones e, incluso, del baño.
Los agentes han realizado tres registros, donde se han intervenido ordenadores personales, dispositivos de almacenamiento, 30 cámaras tipo espía, un videograbador y otros efectos informáticos.
En agosto de 2023, un inquilino del domicilio halló una cámara oculta en una reforma previa a su mudanza y avisó al propietario, el cual las retiró, pero posteriormente el mismo inquilino denunció los hechos a la Guardia Civil, que inició una investigación para esclarecer la situación.
En mayo de 2024, al conocer que una nueva familia había arrendado el inmueble, se desarrolló un registro y se localizó una nueva instalación de cámaras escondidas en la mayoría de las habitaciones, incluidos los baños.
Al mismo tiempo, los agentes observaron que desde la vivienda afectada salían diversas líneas de cables dirigidas a un inmueble colindante, concretamente a un establecimiento comercial vinculado a la misma persona, y se descubrió que en el interior de uno de los aseos públicos utilizados por los clientes y trabajadoras también había dos cámaras ocultas en el techo de escayola.
Dicho establecimiento tenía una habitación cerrada, la cual era únicamente utilizada por el presunto responsable y gerente del negocio, donde había una caja fuerte con material con dispositivos de almacenamiento y medicación, entre otros efectos.
Tanto en el registro de ese habitáculo como en el domicilio del arrestado se han decomisado 12 ordenadores personales, 12 dispositivos de almacenamiento, 30 cámaras tipo espía, un videograbador y otros efectos informáticos. Tres de las cámaras simulaban detectores de humo y una estaba camuflada como una percha para colgar ropa.
Al detenido se le imputan los supuestos delitos contra la intimidad, la inviolabilidad del domicilio, la propia imagen y la revelación de secretos en una causa que dirige el juzgado de Instrucción número 2 de Villena que, tras tomarle declaración, ha decretado su puesta en libertad con medidas cautelares.
Hasta la fecha contra este individuo se han interpuesto diez denuncias, dos de ellas por parte de dos familias que habían vivido en el domicilio y ocho de trabajadoras que habían estado relacionadas con el negocio.
La operación ha sido llevada a cabo por el área de investigación del puesto de la Guardia Civil de Sax en colaboración con la Fiscalía de Alicante especializada en Criminalidad Informática y el apoyo de la policía local en los registros.