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Sábado 19/04/2025
 
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Jerez

La amenaza de lluvia descompuso el Lunes Santo jerezano

La Candelaria permanecerá en la Catedral hasta el próximo Domingo de Resurrección

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El Señor de las Misericordias, saliendo de Santa Ana.

El Cristo de la Sed, saliendo de San Miguel.

La Candelaria, por el barrio de La Plata.

Cortejo de nazarenos de la Hermandad de la Sed.

El Señor de la Paz de Fátima.

La Virgen del Refugio, en la calle Zaragoza.

Nuestra Señora del Amor y Sacrificio.

Nuestra Señora del Amor y Sacrificio.

El Cristo de la Viga.

La Virgen del Socorro.

El Señor de la Cena, en Rivero.

Santa María de la Paz, ante San Marcos.

  • Amor y Sacrificio y La Cena abandonaron la Carrera Oficial para acelerar el regreso a sus templos
  • La Paz de Fátima se vio sorprendida por un aguacero de vuelta a su templo

Las previsiones meteorológicas venían advirtiendo desde primera hora de la mañana de la posibilidad de que se registraran chubascos de distinta consideración a partir de las diez de la noche, pero a pesar de ello las seis cofradías del Lunes Santo se echaron a la calle con absoluta normalidad. Cabía esperar que el escenario se complicase si, llegado el caso, se cumplieran esos pronósticos. Más difícil resulta entender que el Lunes Santo se descompusiera antes y sin necesidad siquiera de que apareciera la lluvia. Pero así fue.

Y es que la jornada mantuvo el guión previsto hasta que la Hermandad de la Cena hizo acto de presencia en el palquillo de la plaza Aladro, sobre las ocho de la tarde, apenas un par de horas después de que su cruz de guía abandonara el interior de San Marcos. En ese momento, la cofradía anunció su decisión de abandonar la Carrera Oficial a la altura de la Alameda del Banco para continuar por Tornería y Rafael Rivero.

Y poco después, la Hermandad de Amor y Sacrificio tomaba una postura similar cuando transitaba por la calle Larga, anunciando su decisión de llegar hasta la plaza del Arenal para, una vez allí, poner rumbo a Madre de Dios por Corredera, Angustias, Granados, Campana, Pañuelo de la Yedra, Plazuela y Puerta del Sol.

No había caído ni una gota de agua y el Lunes Santo empezaba a descomponerse, algo que por otra parte parece haberse convertido en una costumbre en estos últimos años. Y es que ayer pareció pesar en el ánimo de los cofrades de esta jornada la amarga experiencia vivida en 2022, cuando las hermandades que optaron por salir a la calle se vieron sorprendidas por un auténtico diluvio.

Para cuando ello ocurrió, la Hermandad de la Sed ya había hecho estación de penitencia en la Santa Iglesia Catedral y regresaba a la parroquia de San Miguel, templo en el que se encuentra establecida de manera temporal a la espera de que concluyan las obras de ampliación de su sede canónica de Puertas del Sur. Se echó de menos la presencia de este portentoso crucificado en su entorno natural, pero muchos años después se le pudo ver enmarcado en la portada del templo del Arcángel.

La cruz de guía inició su recorrido cuando aún faltaban quince minutos para las cuatro de la tarde. La túnica de este cortejo nazareno -inspirada en el hábito de la madre Teresa de Calcuta- llama la atención de propios y extraños e indudablemente constituye una notable aportación a la Semana Santa de Jerez. Ayer se estrenó tras el único paso de la cofradía la Banda de Cornetas y Tambores de la Coronación, de la localidad malagueña de Campillos, que el año pasado se quedó con las ganas de lucir su vistoso uniforme tras el crucificado de Elías Rodríguez. La cofradía presentó en la calle su nuevo estandarte corporativo -bordado por Ildefonso Jiménez- y el banderín de la juventud. Alberto Millán dirigió la cuadrilla de costaleros.

Una hora después se abrieron las puertas de Santa Ana para permitir la salida de la Hermandad de la Candelaria. Soplaba una brisa algo molesta en el barrio de La Plata, visible en el penacho de plumas negras que luce el soldado romano que parece marcar el paso al Señor de las Misericordias. Estamos sin duda alguna ante una de las salidas más populosas de la Semana Santa jerezana, con un barrio entregado a la que siempre fue su cofradía. La Agrupación Musical Lágrimas de Dolores, de San Fernando, fue la encargada de acompasar el caminar del paso de misterio, un abigarrado conjunto que recrea el camino de Cristo hacia el monte calvario. Detrás del paso de palio de la Virgen de la Candelaria se estrenó la Banda de Música Virgen del Castillo, de Lebrija. La cofradía acaba de aprobar la renovación integral de este conjunto, siguiendo un diseño de Ildefonso Jiménez. La intención es que en un par de años empiecen ya a verse en la calle las primeras piezas de estse renovado paso de palio. Los hermanos José Manuel y Francisco Javier Pérez Rodríguez estuvieron al frente de ambos pasos, respectivamente.

La cofradía hizo llegó a la Catedral según lo previsto, pero una vez allí decidió esperar a comprobar la evolución de los partes meteorológicos. Después, se encontró además con el obstáculo añadido de que debía aguardar a la recogida de la Hermandad de la Viga para poder abandonar el primer templo diocesano. Pasada la medianoche, y ya con presencia intermitente de la lluvia, la junta de gobierno optó con buen criterio por permanecer en la Catedral hasta el próximo Domingo de Resurrección, dado que no era preciso que el cortejo de nazarenos esperase por más tiempo.

La Paz de Fátima fue la única cofradía del Lunes Santo que el año pasado logró completar su itinerario, aunque viéndose sorprendida por una llovizna en alguna que otra ocasión. Así que esta vez -con un escenario bastante más favorable- volvió a repetir la jugada. La cofradía partió del barrio de La Constancia a las cinco en punto de la tarde, mostrando además algunos estrenos de especial relevancia.

De entrada, el paso de misterio se presentó en la calle con el frontal del respiradero ya dorado, constatando la impresión de que estamos ante un conjunto de gran envergadura. También incorporaba en su grupo escultórico una imagen de Claudia Prócula salida de las gubias de Miguel Ángel Caballero. El Señor de la Paz lució una túnica de color marfil. El paso fue acompañado por la Agrupación Musical de la Sentencia y su cuadrilla de costaleros comandada por Jesús Caro, que además de capataz es el hermano mayor de la cofradía. El palio de la Virgen del Refugio no se quedó atrás en cuanto a estrenos, ya que lució el bordado de la caída delantera, realizado por Fernando Calderón. Se trata del primer paso de la renovación integral que también en este caso fue aprobada por el cabildo general. Ezequiel Simancas ejerció como capataz y la Banda de Música Amueci, de Écija, fue la encargada de poner banda sonora.

Una vez en la Catedral, la cofradía optó por seguir camino de la parroquia de Fátima, aunque acortando su itinerario en el tramo final. No fue suficiente para que le sorprendiera el anunciado chaparrón, recogiéndose sobre las once de la noche en medio de una auténtica tromba de agua. 

A las cinco y media de la tarde abandonó Madre de Dios la Hermandad de Amor y Sacrificio, que como ya se ha explicado con anterioridad optó por abandonar la Carrera Oficial a la altura de la plaza del Arenal y cuyo regreso al templo fue seguido por cientos de personas.

Por último, minutos después de las seis de la tarde inició su salida la Hermandad del Cristo de la Viga, que no tuvo problema alguno para completar su itinerario a pesar de que en algún momento se llegó a barajar la posibilidad de que prescindiera de la subida por el Reducto y del siempre llamativo encendido de las bengalas. Apenas unas horas antes de la salida procesional, se supo que el Ayuntamiento va a encomendar a la cofradía el futuro de la capilla del Arco del Arroyo, un antiguo humilladero que forma parte del patrimonio local y que parece que por fin va a ser recuperado. La intención es que en la capilla se coloque un azulejo dedicado a la Virgen del Socorro, que es copatrona de Jerez.  

La hermandad no presentó novedades reseñables, siendo realmente relevante el tocado que lució la dolorosa, con aires decimonónicos. También hay que subrayar el acompañamiento musical que pudo interpretar en esta ocasión la Banda Maestro Agripino Lozano, de San Fernando, siempre cuidado y elegante.

Y esa fue la historia de otro Lunes Santo marcado por la meteorología, algo que parece haberse convertido ya en una costumbre. 

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