A pesar del rotundo éxito económico y social que fue la caseta de feria; a pesar del impulso anímico superlativo que supuso ver bajo palio a María Madre de la Iglesia, Auxiliadora del Pueblo de Dios, en la procesión extraordinaria de la Magna de octubre; a pesar de la rica etapa de formación que se ha cubierto de la mano del director espiritual, don Eduardo Arduña; a pesar de que se sigue enriqueciendo el paso de misterio y se incrementa el patrimonio artistico de forma importante; a pesar de que las convivencias son muy fructíferas; a pesar de todo este último año no ha sido en absoluto fácil para la Junta de Gobierno y herman@s de la Redención Salesiana por cuestiones que quedan en la vida interna de la Corporación del Santuario de María Auxiliadora y que es uno de los brazos, que nadie lo obvie ni se olvide de ello, de la Obra Salesiana que tanto ha hecho y sigue haciendo por Jerez y por los jerezanos desde los dos centros educativos y pastorales que tiene en nuestra ciudad. Por cierto que el próximo mayo se cumplen 25 años de la bendición del Santuario en la Avenida San Juan Bosco.
Y si la anualidad ha sido compleja el último golpe sufrido, con la inesperada muerte del hermano y Tesorero de la Junta de Oficiales, Manuel Mejías García, acaecida hace algunos días, está siendo muy difícil de superar. Manolo era, como se comentaba antiguamente, uno de esos hombres que se vestían por lo pies, que llamaba al pan pan y al vino vino. Honrado, cabal, profesional en lo suyo, que fue siempre la banca como empleado de la Caja de Ahorros de Jerez primero y San Fernando después, y entregado de lleno a su hermandad y a sus cuentas a las que dedicaba horas y horas con ese nuevo programa informático recientemente incorporado. Con buen humor sabía lidiar los momentos complicados, echar la bronca cuando había que echarla para al minuto poner la mano sobre el hombro del afectado porque aquí todos estamos en el mismo barco.
En la Hermandad nunca se olvidará a un hermano y a un tesorero ejemplar como Manolo, pero para que las próximas generaciones lo recuerden propongo, perdón por el atrevimiento, que el salón de secretaría y tesorería de la Casa de Hermandad lleve para la eterrnidad el nombre de Manuel Mejías García.