La imperecedera estampa del misterio del Santísimo Cristo del Perdón de Arcos fue el símbolo de un Miércoles Santo que recuperó el pulso de la Semana Santa. Una estación penitencial que pudo mostrarse a los ojos de arcenses y visitantes con la correspondiente condescendencia de la lluvia, aunque el agua cayó del cielo por unos instantes provocando previamente que la procesión esquivara su paso por Pérez del Álamo y calle Alta, acortando así su recorrido. Una segunda típica imagen sería la del atrio de la Basílica Menor de Santa María de la Asunción repleta, aguardando a la larga comitiva portadora de enseres, símbolos de la fe en Cristo; hermanos de fila de blanco y morado, acólitos, costaleros… en una ordenada puesta en escena propia de un minucioso trabajo previo. Luego, tras el complicado descenso por las escalinatas de la parroquia, el saludo de rigor a la hermandad de Vera Cruz apostada a la entrada del templo de San Juan de Dios. O el sempiterno y conmovedor momento en que la procesión pasa, apretada a no poder más, por el Callejón de las Monjas…
La estación penitencial que se reencontró con su pueblo tras la Semana Santa de 2023, resucitó un bello Miércoles Santo con el Cristo moreno del Perdón en el centro sentimental -único crucificado que procesiona desde Santa María- para formar conjunto imaginero con María Santísima de la Piedad y San Juan Evangelista: una imagen clavada en la memoria de los arcenses. El paso que porta las sagradas imágenes, cuya construcción duró veinte años, se viene mostrando acabado completamente desde 2022 y estrenó para la ocasión nuevos faldones de terciopelo de colores morado y damasco que han sido elaborados por un grupo de hermanas de la cofradía. Asimismo, estrenó un nuevo monte Calvario a los pies de Cristo que simula la piedra; una bella y reflexiva obra diseñada por el artesano arcense Domingo Olivera que reúne la calavera, la serpiente y otros elementos y exornos que evocan el martirio de Cristo. En este apartado de novedades materiales, también destaca una nueva vara de pertiguero alusiva al patrón de Arcos, San Miguel Arcángel, que no pudo mostrarse el año pasado al cancelarse la procesión, así como las coronitas de metal de color dorado de los candelabros que han sido donadas por los hermanos. Se le suman la nueva túnica de terciopelo con encaje de pata lucida por la imagen de San Juan Evangelista, un trabajo que fue confeccionado por las hermanas hace un año, así como el rosario de la Virgen donado por una hermana este mismo año.
El radiante paso mostró un delicado exorno floral con varias especies, algunas exóticas, como fruto del trabajo nuevamente de Carlos Sampalo.
La tensión propia de la salida, en particular por el esfuerzo inicial de los costaleros, se dejaba sentir en el ambiente; un trabajo tan lucido como sufrido cuando toca bajar por las empinadas gradas de la parroquia y vencer el estrecho Callejón de las Monjas donde en ocasiones el roce con la piedra resulta inevitable. María Santísima de la Piedad se mostró vestida con su terno bordado al estilo de la Virgen de las Aguas de Sevilla -obra del siglo XVII- y ráfaga de plata, mientras que San Juan Evangelista se reveló con ese nuevo manto verde y mantolín rojo bordado, portando como es tradicional su pluma de plata y el pergamino evangélico.
El cortejo realizó así un magnífico y ejemplar recorrido como había previsto, siendo recibido solemnemente en la Carrera Oficial situada junto a su parroquia, pero sobre todo por una multitud agradecida de sentir un nuevo Miércoles Santo. La hermandad no le dio más vueltas para su acompañamiento musical, y dado que está muy contenta con la presencia desde hace años de la banda del Amarro de Ávila, repitió una fórmula sustentada en las buenas relaciones.
Con la oración de gracias a Dios por el desfile penitencial, la última ‘Levantá’ y la posterior apertura del templo al público se cerró un Miércoles Santo en Arcos que ya es historia. Ahora empieza un nuevo año para la hermandad dirigida por José Raúl Zarzuela Delgado, en el que se renuevan ilusiones y forjan nuevos proyectos, entre otros la ansiada colocación de una primera piedra que dé pie a la casa de hermandad.
Gran apoyo
Antes de la procesión, la Basílica Menor de Santa María recibió a las once de la mañana una emotiva eucaristía, como también recibiría la visita de los delegados territoriales de Igualdad y Agricultura de la Junta en Cádiz, Alfonso Candón y Fran Moreno, y de las autoridades municipales con su alcalde, Miguel Rodríguez, al frente; el presidente del CHHCC, Miguel Ángel Roldán’; de partidos políticos, antiguos hermanos y fieles, que en muchos casos hicieron sus clásicas ofrendas florales.