Según su ficha, Antony Matheus dos Santos nació en Sao Paulo el 24 de febrero del año 2000, pero en realidad el destino le tenía deparado una segunda casa en el 2025.
En cuatro meses le ha dado tiempo a convertirse en el rey de todos los béticos, quienes lo han bautizado cariñosamente como Antonio I de Triana. Un mote que el brasileño ha adoptado con orgullo e incluso intentó vestir una camiseta con este nombre en el último partido de la temporada contra el Valencia.
Ese brillo en los ojos… ?✨ pic.twitter.com/JBWIU6KRrg
— Real Betis Balompié ?? (@RealBetis) May 23, 2025
Un duelo donde el siete verdiblanco firmó otra buena actuación, con otro golazo para la galería que poco a poco ha ido construyendo desde que llegase el 25 de enero a Heliópolis.
Desde ese día, Antony ha marcado nueve goles y ha dado cinco asistencias en 25 partidos donde ha sumado 2.045 minutos en total.
Unas cifras de sobresaliente que superan a otros fichajes invernales como Kvaratskhelia o Marmoush, el segundo y el tercer jugador más caro de este último mercado. El extremo georgiano se mudó de Nápoles a París por 70 millones de euros y anotado siete goles. Mientras que el delantero egipcio comprado por el Manchester City por 75 millones ha sumado ocho tantos.
Por estos mismos números, la cesión de Antony al Betis se puede definir como maravillosa, ideal o perfecta. Un futbolista que ha recuperado la sonrisa cambiando el triste cielo gris de Manchester por la alegría de Sevilla. Un jugador que se ha ganado a su hinchada, la cual sólo quiere gritar: ¡Antonio, quédate!