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Viernes 13/06/2025
 

Rota

Rota, uno de los últimos reductos del 'guitarrón' en Europa

Huelva y la Bahía de Cádiz pueden considerarse como los viveros del guitarrón

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El Glaucostegus cemiculus, comúnmente denominado como pez guitarra gigante o guitarrón dada la similitud de su forma con el instrumento musical, se encuentra en peligro de extinción en Europa. El pez guitarra suele permanecer enterrado en los fondos arenosos y fangosos hasta una profundidad de 100 metros, distribuyéndose por los mares tropicales y templados del planeta. De ahí que, junto a sus grandes dimensiones, “tienen facilidad para engancharse en las redes a la suma de todos los males que hacemos los seres humanos” como explica Jaime Penadés (doctor en Biología). La situación es realmente crítica ya que, como apunta Panadés, “tenemos grandes ejemplos como en Valencia que hace 30 o 40 años se podían encontrar en el mar valenciano”.

Sin embargo, en la actualidad solo desarrollan su vida con regularidad en las costas de Huelva y Cádiz, donde Rota se ha instaurado como uno de los últimos reductos de esta especie. Recientemente, la Fundación Oceanogràfic, junto a varias entidades científicas y conservacionistas españolas, ha iniciado un proyecto pionero en Europa para el estudio del pez guitarra gigante (Glaucostegus cemiculus) en aguas de Andalucía.

Esta iniciativa representa "un gran avance" en la investigación y conservación al ser "la primera vez que se estudia en el medio natural a esta especie catalogada en peligro crítico de extinción por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN)", tal como ha explicado la Fundación en una nota de prensa. El doctor Jaime Penadés, investigador colaborador de la Fundación Oceanogràfic, explica que "con este estudio podremos obtener información precisa sobre una especie de la que no teníamos datos en Andalucía ni en Europa y poder ayudar a su protección a nivel mundial". De hecho, otro de los objetivos es desarrollar un programa de reproducción 'ex situ' gracias a la colaboración que existe con acuarios europeos y una campaña de divulgación para concienciar a la población sobre el estado actual de la especie y poder evitar futuras capturas para su consumo.

La gran pregunta que redunda en los círculos de investigaciones acerca de esta especie es “¿por qué  Cádiz y Huelva?”, ante esta pregunta se enfrenta Jaime Penadés con más dudas que certidumbres porque “con el guitarrón todo son incógnitas”. Se trata de una especie muy costera que se alimenta de invertebrados y pequeños peces con especial predilección por las aguas turbias al ser ricas en nutrientes. Unas afirmaciones que pueden acercarnos a la respuesta de esa pregunta sobre la ubicación del pez guitarra gigante en nuestras costas: “aquí tenéis la influencia del río Guadalquivir o San Pedro, siendo zonas muy favorables a su estancia”. Además, Panadés destaca que “en esta zona hay una riqueza de alimentos, aún siendo un ecosistema notablemente dañado, todavía se mantiene”.

Las zonas de Huelva y la Bahía de Cádiz, entre la que se encuentra Rota, empiezan a tomar forma de viveros de estas especies siguiendo los últimos datos obtenidos. Así, Ángel Benítez, quien ha conseguido información de primera mano mucho antes de que el proyecto naciera, indica que “estamos viendo que en la Bahía de Cádiz hace de guardería”. Un hecho que contrasta los dos últimos, y más recientes, avistamientos de esta especie en el litoral roteño, sobre todo en Los Corrales. El proyecto actualmente está adquiriendo una dimensión internacional con el respaldo de aquellos profesionales o entidades vinculadas a la conservación de especies marinas se sumen a la causa. Un contexto muy favorable para que Penadés y Benítez “sueñen” con que “muchos guitarrones que hay en instalaciones zoológicas de Europa en un futuro pudieran usarse como centros de reproducción para la reintroducción” afirma el doctor de Biología inmerso en este proyecto. Pero, para poder llegar a cumplir este “sueño” se requiere de una identificación previa de las amenazas de esta especie en la zona. De ahí que en estos momentos la investigación está fuertemente enfocada en conocer los usos del guitarrón de sus actuales zonas, de qué se alimenta o qué conectividad tiene con otros seres vivos con el objeto de tener la información más detallada.

El actual Proyecto Glaucostegus se encuentra en su primera fase en la que se pretende identificar y seguir las poblaciones de guitarrones en Andalucía mediante el marcaje de individuos y el apoyo de la ciencia ciudadana para avisar de avistamientos y/o recapturas. Además, se realizan estudios genéticos para evaluar la diversidad de las poblaciones locales y su conectividad con otras poblaciones en el Atlántico y Mediterráneo. Paralelamente, se implementan programas de sensibilización dirigidos a la comunidad pesquera y al público en general, con el objetivo de reducir la captura accidental y fomentar prácticas de pesca sostenible.

Penadés resalta la importancia de la ciencia ciudadana en esta primera fase porque “es una parte muy importante ya que cualquier persona que se encuentre a un guitarrón puede ponerse en contacto”. En este aspecto de la primera fase destaca un nombre en concreto: Ángel Benítez, quien ha conseguido información de primera mano mucho antes de que el proyecto naciera. Su papel de recopilación de datos está datado desde 2018 y, concretamente, vinculado con el municipio tras la llamada de Severiano Sosa. Benítez destaca sobre Sosa que “es uno de los pocos pescadores profesionales que aún mantenemos en el proyecto”. Rota se instaura como un punto de avistamientos frecuentes de esta especie como puntualiza Andrés Barba, vicepresidente de la Asociación de Corraleros de Rota: “Ya hemos tenido los primeros visos de este año en Los Corrales con dos especies pequeñas, aunque es cierto que el año pasado tuvimos más presencia del guitarrón”.

Penadés y Benítez coinciden en la falta de información que se tiene de esta especie en la zona y el doctor en Biología señala que se debe por dos cuestiones: una por ser un especialista en pasar desapercibido; y otra, es la alta dificultad de divisar en submarinismo. Estas dificultades se deben a la mimetización que tiene el animal con el entorno: “es un animal muy críptico con una coloración muy similar al de la arena” como indica Penadés, que a la suma de su predilección por las aguas turbias supone una combinación ideal para no ser encontrado. Además, Penadés destaca que otro punto a tener en cuenta sobre esta especie es el uso que se le ha dado: “es normal que hayamos incluido a determinados peces en nuestra alimentación, pero debemos ser conscientes de que los recursos pesqueros desaparecen y nos acercamos a su extinción”.

La preocupación de los investigadores que encabezan este proyecto parte por una fuerte concienciación ciudadana porque, a palabras del propio Jaime Penadés, “nosotros dedicamos mucho tiempo a educar el ojo de cómo miramos el mar ya que la mayoría de personas ven el mar en dos dimensiones, donde solo ven la superficie y lo consideran como una piscina municipal; y realmente estamos hablando de hábitats que tienen una riqueza”. Por lo tanto, uno de los grandes esfuerzos en los que se encuentran trabajando es en reconectar al público general con el medio marino. Una complicada labor por “no ser nuestro medio”.

Las circunstancias que han llevado a la actual situación del guitarrón son varias y diversas, más allá del factor humano. Los cambios radicales de temperatura, contaminación o la presión pesquera mal gestionada son algunas de las razones que empujan a una desaparición masiva de esta especie por todo el viejo continente. “Aquí también se da otro caso que repercute que es el furtivismo que nada tiene que ver con la pesca legal y regulada” informa Jaime Penadés. Esta especie se encuentra actualmente en régimen de “peligro crítico” por la Unión Internacional de la Consolación de la Naturaleza  y, en España, está en el listado de especies silvestres de régimen de protección especial. Por ello, desde los principales investigadores del proyecto se alienta a la ciudadanía a una mayor concienciación para la consecución de su preservación.

Ante la opción de que un pescador deportivo se encuentre en la situación de haber capturado un guitarra gigante, Ángel Benítez advierte que el procedimiento a seguir es el siguiente: “desanzuelar lo antes posible, es muy importante sacar una foto del ejemplar, aunque nunca deben mantenerlo suspendido por la cola debido a que no está preparado por su fisonomía ya que su estructura no es ósea sino cartílago. Así, lo ideal y recomendado es que se sostenga al animal con las dos manos suspendido de aquella mano que una mano esté en el vientre y otra en la cabeza”. Por lo tanto, las indicaciones más prácticas e imprescindibles serían: desanzuelar, tomar medidas y determinar el sexo. Desde el proyecto lo tienen claro: “todo dato importa” y es que una de las funciones de esta iniciativa es la de hacer partícipe a la ciudadanía.

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