Un sargento ha sido absuelto de un delito de imprudencia en acto de servicio después de que un legionario sufriera un accidente durante unas maniobras en la base militar 'Álvarez de Sotomayor' de Viator (Almería) por las que padeció la amputación de varios dedos de un pie al quedar aprisionado tras resbalar desde un mástil.
La sentencia de la Sala Militar del Tribunal Supremo, consultada por Europa Press, confirma la ausencia de responsabilidad del sargento al considerar que no existe base suficiente para apreciar que el mando actuara de manera negligente a la hora de supervisar las labores que desarrollaba el soldado cuando sufrió el percance.
Los hechos tuvieron lugar sobre las 19,00 horas del 16 de abril de 2021, cuando el afectado, del grupo de artillería y con 27 años de edad en aquel momento, se encontraba en el transcurso de unas maniobras de fuego simulado mediante el manejo de un obús junto con otras siete personas, además del sargento.
En un momento dado del ejercicio, el sargento dio una orden para iniciar una maniobra de repliegue consistente en la recogida de una gran pieza de artillería. En este sentido, la tarea implicaba plegar unos brazos metálicos --mástiles-- para dejar el cañón listo para remolcarlo con un camión.
En este sentido, el perjudicado se subió a uno de los mástiles cuando este aún se estaba plegando de cara a sujetar una antena y evitar que se dañara. Según la sentencia, el sargento se dio cuenta de lo ocurrido y dio órdenes al soldado para que se bajara, si bien apenas "a los dos o tres segundos, al terminar el plegado del mástil" el soldado "resbaló".
El fallo da cuenta no solo de la vibración de la pieza sobre la que se apoyaba el soldado sino también de las condiciones en las que se realizaron las maniobras, pues había estado lloviendo y todo estaba mojado, de forma que las botas del soldado se encontraban embarradas. Todo ello habría contribuido a que se precipitara.
A consecuencia de la caída, el pie derecho del soldado quedó atrapado entre una rueda que bajaba y una parte del mástil metálico, por lo que comenzó a gritar. En ese momento, el sargento dio órdenes a otro de los soldados para, mediante el levantamiento de una rueda, poder liberar el pie del herido de forma inmediata, toda vez que informaba a sus superiores de lo ocurrido para que avisaran a una ambulancia.
El perjudicado fue trasladado al Hospital Universitario Torrecárdenas de Almería donde tuvo que ser intervenido quirúrgicamente para someterse a una amputación de varios dedos a raíz de las graves lesiones que presentaba.
El pronunciamiento del Alto Tribunal ratifica la ausencia de negligencia por parte del sargento al entender que no vio al soldado cuando se subía al mástil mientras se movía y, en caso de haberlo visto, tampoco lo dejara actuar dado que le ordenó que bajara de donde estaba antes del accidente, que también trató de evitar.
Del mismo modo, tampoco consta que le diera instrucciones para subirse al mástil desde el que se resbaló mientras que estaba en movimiento ni que, de lo actuado, se desprenda algún tipo de incumplimiento de las normas básicas de seguridad propias de sus funciones como responsable del ejercicio.