El alcalde de Chiclana, José María Román, ha inaugurado la exposición ‘El paisaje sumergido’, compuesta por obras de Marina Gadea, en el Centro de Interpretación del Vino y la Sal. En este acto también han estado presentes la propia autora, así como la primera teniente de alcalde, Ana González; la delegada municipal de Turismo Sostenible, Manuela Pérez, y el coordinador del centro, Juan Carlos Rodríguez.
José María Román ha destacado que esta muestra hace crecer y dar un paso más al espacio que está compartiendo con el vino y la sal. “Marina Gadea nos traslada a un mundo en el que ella interpreta y lee los fondos marinos de la Bahía de Cádiz”, ha explicado, destacando que genera unos colores que aparecen como la topografía del fondo de la Bahía y “que generan una obra totalmente innovadora”.
Por su parte, Marina Gadea ha explicado que su propuesta artística incorpora arte, ciencia y tecnología, “porque trato de sacar a la luz ese fondo marino a través de otros medios”. Además, ha incidido en que su obra muestra la relación “que tenemos con la Bahía y la ciudad, mostrando cuáles son mis pasiones, el mar y la identidad oceánica”, destacando la transformación de todo ese fondo hasta ser lo que es hoy.
‘El paisaje sumergido’
La zona intermareal corresponde al espacio liminal de la orilla, donde el mar entra en negociación con la tierra. La exposición ‘El paisaje sumergido’ propone Cádiz como un espacio intermareal donde el tiempo geólogico de las corrientes marinas entra en contacto con el tiempo histórico de la ciudad y su carácter de puerto marítimo colonial.
A través del trabajo de Marina Gadea, esta exposición pretende extender el paisaje arquitectónico de Cádiz más allá de su imagen superficial y de sus elementos visibles, reintegrando en la narrativa oficial de la ciudad el paisaje sumergido bajo sus aguas, la composición del suelo oceánico, sus volcanes submarinos...
La ciudad de Cádiz, su identidad y la de sus habitantes y edificios, es inevitablemente oceánica; no puede comprenderse sin establecer un diálogo con el mar y con su historia marítima. El trabajo de la artista integra este encuentro físico, cíclico y poético en su obra, enredando y desenredando las formas de representación del agua. El océano es, para Marina Gadea, un elemento constitutivo del espacio gaditano, pero también se escapa de su texto, generando su propia historia, su propia memoria y su propio lenguaje.