Obama, que en su primera semana de mandato había dedicado su atención a la política exterior, la reforma ética y la economía, se centró ayer en la política energética e indicó que “EEUU no quedará a la merced de unos recursos cada vez más mermados”.
Tampoco “pospondrá la adopción de medidas porque esas medidas sean exigentes”.
La independencia energética frente al petróleo extranjero, prometió, será una de sus prioridades de su mandato.
En este sentido, anunció dos medidas que, según aseguró, sentarán las bases para lograr este objetivo.
La primera es una orden ejecutiva que obligará a los fabricantes de automóviles a producir para 2011 vehículos más eficientes en su consumo.
A diferencia del Gobierno anterior del presidente George W. Bush, que se resistió durante mucho tiempo a imponer medidas que obligaran a fabricar vehículos más eficientes, Obama aseguró que la regulación "no representa un peso añadido para la industria del motor, sino que la prepara para el futuro".
Asimismo, el presidente indicó, en un acto en el Salón Este de la Casa Blanca, que el Gobierno debe colaborar con los estados en la imposición de normas más duras para los vehículos.
California y otra docena de estados intentaron imponer límites más duros que los federales a las emisiones de gases de sus vehículos, pero el Gobierno de Bush los bloqueó.
Obama aseguró, en este sentido, que "se han acabado los tiempos en los que Washington arrastraba los pies".
El presidente ordenará a la Agencia de Protección del Medioambiente, el organismo federal encargado de la supervisión ecológica, que revise las decisiones contra las iniciativas estatales de imponer medidas más duras.
"Por el bien de nuestra seguridad, nuestra economía y nuestro planeta, debemos tener la valentía y el compromiso de cambiar", declaró el mandatario.