Los viajes y la cultura son el tercer asunto por el que más se interesan, el 71% de ellos, según los datos del estudio del Instituto de Biomecánica de Valencia Los hábitos de compra y consumo de las personas mayores (2006), basado en 618 entrevistas a hombres y mujeres de entre 55 y 97 años de las provincias de Barcelona, León, Madrid y Valencia.
El informe, presentado por la Fundación Edad&Vida, precisa que el factor que incide de forma más significativa en el interés por temas de actualidad es el nivel de estudios y el económico.
Así, los de nivel más alto se decantan en mayor medida por la tecnología y la cultura; los de formación más baja, por temas de sociedad y sucesos.
El capítulo específico dedicado a la adquisición y uso de productos tecnológicos indica que el desconocimiento de éstos, sobre todo los más novedosos, es directamente proporcional a la edad de los entrevistados.
Casi la mitad de las personas entre 65 y 75 años y el 40 por ciento de los mayores de esta edad saben que existen los servicios de teleasistencia sanitaria, pero aseguran que no les interesa.
El teléfono móvil tampoco interesa al 27,6 por ciento de las personas de entre 65 y 75 años, ni al 60 por ciento de los que tienen más edad.
En cuanto a la electrónica de uso doméstico, entre el 43,4 y el 51,5 por ciento de los mayores de 65 años manifiestan que tampoco necesitan el DVD.
Internet no interesa al 49 por ciento de los que tienen entre 55 y 64 años, ni al 70 por ciento de los que tienen entre 65 y 75, ni tampoco al 62 por ciento de los mayores de esta edad.
El desconocimiento de estos productos, sobre todo de los más novedosos, es directamente proporcional a la edad de las personas, según el informe.
La coordinadora del estudio, Raquel Poveda, ha explicado que estas personas no suelen reconocer lo que pasa en muchas ocasiones: no saben utilizar los aparatos por su complejidad de uso, así que argumentan que no les interesan.
Por el contrario, los mayores reclaman productos prácticos, de manejo sencillo y con calidad antes que innovadores o de lujo.
De hecho, el 41 por ciento de los entrevistados opinan que las empresas no tienen en cuenta sus necesidades y preferencias en el diseño accesible de productos y servicios.
Según las conclusiones, estas personas demandan productos “pensados” para ellas, pero sin que esto implique un estigma social.
En cuanto a los motivos de compra, el principal es la utilidad del producto, generalmente relacionada con hábitos de la vida cotidiana, según responde el 94 por ciento, además de la calidad y el precio, la facilidad de uso y la garantía, frente a las tendencias de moda que guían a los consumidores jóvenes.
La mitad de los mayores recurren a las explicaciones de los familiares, los hijos fundamentalmente, para aprender a utilizar los aparatos, y el 31,6 por ciento lee los manuales de instrucciones, mientras una minoría (2,6 por ciento) “experimenta” probando los botones del aparato.
En relación con los establecimientos de compra, las tiendas especializadas son preferidas por la mitad de estos consumidores para adquirir productos tecnológicos y por el 29 por ciento para muebles y electrodomésticos.
El 52 por ciento elige los grandes almacenes para los alimentos, así como el 70 por ciento para la limpieza y la higiene.
Cuando llega la jubilación, es más frecuente que el hombre haga la compra, pero es la mujer quien sigue haciendo la lista, ha dicho Poveda.
El presidente de la Fundación Edad&Vida, Higinio Raventós, ha señalado que ninguna empresa puede menospreciar el sector de consumidores mayores de 65 años, que son el 16,6 por ciento de toda la población, pero llegarán al 30,8 por ciento en 2050; suelen tener ingresos estables, menos gastos fijos, más patrimonio y son cada vez más exigentes.