En un documento de dos páginas, publicado por la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) que exigió en 2007 por vía judicial que la CIA publicara esa información, Dassin informa al juez federal Alvin Hellerstein que la Agencia Central de Inteligencia (CIA) destruyó 92 cintas, cantidad muy superior a la admitida con anterioridad.
“La CIA puede ahora identificar el número de cintas de vídeo que fueron destruidas. 92 cintas de vídeo fueron destruidas”, indica Dassin en su carta con fecha del 2 de marzo.
El fiscal para el Distrito Este de Virginia, John Durham, está investigando la destrucción de las cintas de vídeo, y, en un principio, requirió que no se hiciera pública esa información hasta el 28 de febrero, momento en el cual esperaba poder haber completado su trabajo. No ha pedido al juez una ampliación de ese plazo.
En un comunicado, la ACLU señaló que esta información “confirma que la agencia trató sistemáticamente de ocultar pruebas de sus interrogatorios ilegales”.
El fiscal prevé que el tribunal pida a la CIA que entregue listados en el que identifique y describa cada una de las cintas destruidas, incluya resúmenes, transcripciones, memorandos de las grabaciones y reconstrucciones de los contenidos, y revele la identidad de cualquier testigo que pudiera haber visto o guardado los vídeos antes de su destrucción.