Doce terroristas, armados con fusiles, granadas de mano y lanzacohetes, atacaron el convoy de la selección a su paso por la Plaza Liberty de Lahore, cuando se dirigía al estadio Gaddafi a disputar un partido con el equipo paquistaní, según la Policía.
Siete personas –cinco de ellas, policías– murieron en el intercambio de fuego entre los terroristas y la escolta del equipo deportivo, seis de cuyos miembros resultaron heridos.
Los heridos son cinco jugadores y un asistente del entrenador, informó a Efe un portavoz militar ceilanés consultado telefónicamente, que sólo dijo que “no están en situación crítica” cuando fue cuestionado sobre su gravedad.
Las versiones difundidas en Paquistán afirmaban que dos de los jugadores recibieron impactos de bala, entre ellos el capitán del equipo, Mahela Jayawardene, herido en una pierna.
Las televisiones paquistaníes mostraron imágenes de impactos de bala en el autobús del equipo y en los vehículos de la escolta, así como de alguno de sus ocupantes muertos.
Cuatro terroristas, alguno de ellos portando una pesada mochila, fueron también grabados por las cámaras.
Tras el ataque, la Policía informó del arresto de cuatro sospechosos a los que requisó armas, aunque aún está por confirmar si son miembros del comando así como el paradero del resto de los terroristas.
La selección ceilanesa fue evacuada de Lahore en un avión militar enviado por su Gobierno que, tras hacer escala en Abu Dabhi, llegará hoy a Colombo, según el portavoz.
La similitud del ataque con el atentado en noviembre de Bombay que aterrorizó durante tres días la ciudad india hizo cundir el pánico en Lahore y llevó al gobernador de la provincia de Punjab, Salman Taseer, a declarar que se trata de “los mismos” terroristas.
Ha sido “un ataque muy bien preparado. Los terroristas estaban entrenados”, dijo Taseer, que añadió que la Policía halló dos vehículos utilizados por los atacantes, uno de ellos cargado de armamento.
Tanto el presidente del país, Asif Alí Zardari, como el primer ministro, Yusuf Razá Guilani, condenaron el atentado y ordenaron una investigación para identificar a sus autores.
Zardari y Guilani llamaron por teléfono al presidente de Sri Lanka, Mahinda Rajapaksa, para expresarle sus condolencias y garantizarle que los culpables serán castigados, según la agencia estatal APP.