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Acusado de matar a su exmujer con un cuchillo y un hacha dice no recordar y niega haberlo planeado

Testigos y policías destacan la "frialdad" del procesado y el Tribunal le pregunta si ha sentido algo por la muerte de la mujer

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El acusado de asesinar a su exmujer con un cuchillo y un hacha en febrero de 2011 en la barriada malagueña de El Palo ha declarado no recordar los hechos, aunque ha asegurado que "para nada" ideó un plan para acabar con la vida de su expareja cuando acababa de dejar a la hija en común de cinco años en el colegio. Ha negado que desde que tuvo una orden de alejamiento hubiera tenido contacto con la víctima y que durante la relación ejerciera control sobre ella.

   La Fiscalía de Violencia contra la Mujer sostiene en su calificación inicial, a la que tuvo acceso Europa Press, que el acusado ideó "un plan" para matarla y fue a una calle, sabiendo que pasaría para llevar a la niña al colegio, quedándose "agazapado". Cuando ella pasó, le salió al encuentro y le asestó golpes con el hacha, que llegó a romperse. La víctima intentó huir pero él la siguió, se puso encima, sacó el cuchillo y la apuñaló varias veces.

   La fiscal pide 26 años de prisión y el pago de una indemnización para los familiares de la víctima de 300.000 euros, al acusarlo de un delito de asesinato, malos tratos habituales, amenazas graves y quebrantamiento de condena. Los testigos y los policías han destacado en el juicio la "crueldad" de la acción y la "frialdad" del acusado cuando los hechos. Incluso el presidente del Tribunal le ha preguntado si ha sentido algo por la muerte de la madre de su hija.

   "He sentido mucha pena por mi hija", ha contestado el procesado en su declaración en la Sección Octava de la Audiencia de Málaga, donde este martes y este próximo miércoles se celebra el juicio. El hombre ha indicado que semanas antes de los hechos tuvo un traumatismo por una caída y desde entonces no dormía y había pedido cita para ser visto por Salud Mental. Ha asegurado que, aunque los informes dicen que no tiene padecimiento psicológico, "el forense se equivoca".

   A raíz de esto, ha asegurado no recordar nada de lo sucedido el día de los hechos y tener "muchas lagunas", pero sí ha explicado que estaba en la zona donde vivía su exmujer y donde iba al colegio su hija, aunque ha dicho no saber este último dato, porque había ido a recoger esquejes para bonsáis a un arroyo cercano. Por eso, ha justificado, llevaba un hacha y un cuchillo encima, "herramientas" que llevaba habitualmente.

   Ha reconocido que fue condenado por amenazas en una sentencia con la que mostró su conformidad solo por "consejo" de su defensa. Ha negado haber intentado ponerse en contacto con su expareja desde que se le condenó e impuso la orden de alejamiento, así como haberla seguido o haber merodeado por la zona donde vivía ésta días antes, aunque testigos presenciales de los hechos sí lo reconocieron y lo han reiterado este martes en su declaración.

   Asimismo, el acusado, que cuando ocurrieron los hechos vivía en Antequera (Málaga), ha dicho que la separación no se produjo porque ejerciera un control excesivo sobre su exmujer, sino por "desavenencias" conyugales, lo que motivó que ella se fuera de la casa. También ha asegurado que no había problema con que la mujer hubiera comenzado a trabajar, porque "tenía libertad para actuar" y ha negado que la amenazara previamente a los hechos.

LOS HECHOS

   Aunque el acusado no ha dicho qué pasó, tres testigos sí han relatado lo que observaron y han coincidido en que escucharon gritos y vieron a un hombre golpear con un hacha a una mujer, que intentó huir por unas escaleras, pero no consiguió. Han explicado cómo siguió golpeándola incluso cuando el arma se había roto y cómo cuando se intentaron acercar para ayudarla, él les miró, sacó el cuchillo, se lo puso en el cuello y comenzó a acuchillarla numerosas veces.

   Uno de los hombres que acudió al lugar ha asegurado que llegó un momento "en el que volví la cara porque lo que estaba viendo me superaba"; mientras que otro le llegó a decir al acusado: "suéltala ya, déjala y vete" varias veces antes de que empezara a apuñalarla, pero "él la acuchilló". Los tres testigos han asegurado que vieron al acusado varios días antes de lo ocurrido merodeando por un parque de la zona.

   El hermano de la víctima ha reconocido que la mujer estaba "atemorizada" y "muy nerviosa" debido a su exmarido, llegando a cambiarse varias veces de piso porque lo veía en los alrededores. Además, ha contado cómo ella le dijo a él y a su madre días antes de lo sucedido que "si llegaba a matarla no le dejáramos ver a la niña". Ha asegurado que la pequeña vivió y sintió esa situación de tensión en la familia.

   En la inspección ocular del lugar de los hechos, realizada por la Policía Nacional, se encontraron gotas de sangre desde el sitio en el que se hallaron los objetos que la mujer llevaba, en concreto la compra, hasta donde estaba el cadáver, por lo que la Policía sostiene que la agresión se produjo en dos momentos.

   Los policías que acudieron al lugar han destacado la "crueldad" en la acción, al presentar la víctima muchas heridas y "muy graves"; así como que les llamó la atención, al igual que a los testigos, la "tremenda frialdad" del acusado, al que le preguntaron por qué lo había hecho, "pero no hablaba". Tenía, según los agentes, un comportamiento "calculador", es decir, "como el que tiene un objetivo de realizar un trabajo y está safisfecho", han manifestado.

   Esa frialdad también ha sorprendido al Tribunal, tal y como ha puesto de manifiesto el presidente, respondiendo el acusado que siente "mucha pena" por su hija y que "no sabía que a las personas se les condenara por expresar sus sentimientos o no". El hombre fue sujetado por varias personas hasta que llegaron los agentes. Su defensa considera que concurre la circunstancia atenuante muy cualificada de alteración psíquica y se le debe imponer cinco años.

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