Algunos de los testigos que han declarado este martes en el juicio con jurado al joven acusado de un delito de asesinato con alevosía al atropellar con un vehículo a otro hombre, supuestamente por celos, en el Sector Sur en la capital cordobesa, en marzo de 2011, han declarado que el procesado fue "a buscarlo" con el coche.
Así, uno de los trabajadores de Somlecor que observó toda la escena ha relatado que el hombre que conducía el coche "salió a gran velocidad" de una calle por la derecha, momento en el que los trabajadores tuvieron que frenar con la furgoneta en la que iban, y el coche se colocó en el carril contrario de la izquierda, algo que "no es normal".
De este modo, ha precisado que el varón que estaba con la pareja del acusado bajó de la acera a la calle y le hizo gestos al conductor del coche para que parara, si bien iba "en su busca", y aunque lo intentó esquivar, "lo embistió", según ha señalado el empleado, quien dice que se quedó "blanco" ante los hechos, en los que "no frenó ni antes ni después".
Posteriormente, los trabajadores interpusieron la furgoneta entre el cuerpo del joven y el coche del acusado para proteger a la víctima, dado que volvía marcha atrás el procesado, ha manifestado en la sala, al tiempo que ha comentado que la pareja "no dijo nada" y permaneció como "una estatua", aunque después se marchó de la zona.
Así, fueron los agentes de la Policía Local los que encontraron a la mujer después, tras ver al hombre tumbado en el suelo, según ha precisado uno de los agentes, quien declara que la mujer estaba en otra calle y no se encontraba bien. Otro de los agentes ha indicado que el acusado, tras ser detenido, estaba "nervioso y abatido" en la comisaría.
Mientras, uno de los amigos de la víctima ha explicado que observó como el procesado y su pareja llegaron a la zona discutiendo y la mujer les dijo a él y sus amigos que les daba 20 euros si le quitaban las llaves del coche al varón, dado que el vehículo era de la mujer, ha contado, a lo que ha añadido que ella se fue de la zona con la víctima "como si se conocieran y fuesen amigos".
Tras los hechos, según agrega, vio que el coche llevaba la luna rota y un joven se acercó a ellos para decirles que su amigo estaba "tirado en la carretera con un charco de sangre", si bien ha señalado que él no acudió a la zona. El juicio continuará este miércoles en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Córdoba.
NO TUVO TIEMPO DE REACCIONAR
Por su parte, el joven acusado del delito de asesinato con alevosía ha declarado este lunes en el juicio que no lo vio y no tuvo tiempo para poder reaccionar y frenar antes de que ocurrieran los hechos, al tiempo que ha explicado que él estaba buscando con el coche a su pareja en el barrio, mirando a un lado y otro de las calles, y "de golpe y porrazo" lo tenía encima al otro hombre.
En este sentido, ha defendido que no pudo frenar porque no lo vio, sino que se lo encontró y ya no le dio tiempo, según su relato, en el que ha precisado que posteriormente dio marcha atrás con el coche para ver qué había pasado y vio que "estaba mal", momento en el que se asustó y se marchó, ha apuntado el acusado, quien dice que nunca ha sido celoso.
El fiscal ha manifestado ante el jurado que "la muerte se hizo queriendo", con la "indefensión" de la víctima en este suceso, en el que "existió sorpresa", porque el otro hombre "no lo esperaba", motivo por el que defiende la aplicación de la alevosía, y considera que la causa fueron "los celos". El fiscal pide para él una pena de 18 años de prisión.
Entretanto, la acusación particular ha destacado en las alegaciones previas que el acusado "mató intencionadamente" al varón y, por tanto, "fue provocado". En concreto, solicita para el procesado 20 años de cárcel, y la defensa, la absolución. El juicio continúa este martes con las testificales y en días posteriores las periciales, de manera que se prevé que pasen por la sala más de 20 personas.
Según recoge la calificación del Ministerio Público, a la que ha tenido acceso Europa Press, el procesado estuvo junto a su pareja el día 5 de marzo de 2011 y esa noche, según el fiscal, se originó una discusión entre ambos. Posteriormente, a primeras horas de la madrugada del día 6 se trasladaron en el coche de la mujer al citado barrio.
"INCREMENTÓ LA VELOCIDAD"
Tras llegar al Sector Sur, se produjo una nueva discusión y ambos se bajaron del vehículo que conducía él, momento en el que ella se dirigió hacia el interior de la barriada, mientras la seguía el acusado, quien al cabo de un rato, regresó él solo hasta el lugar donde había dejado aparcado el coche, se montó y abandonó el lugar.
Por su parte, la mujer entabló conversación con otro hombre que estaba en el lugar y juntos se dirigieron hacia la carretera de Castro, donde permanecieron charlando sobre el acerado de la vía. En un momento dado, vieron aparecer por la calle Fray Juan de Ávila al procesado con el coche, quien, a su vez, vio a su pareja hablando con el hombre, momento en el que "movido por los celos, aceleró la marcha y se dirigió a gran velocidad hacia donde ellos se encontraban".
Mientras, el hombre que veía venir desde lejos el coche "se bajó de la acera y comenzó a hacer gestos al vehículo para que parase", confiando en que eso iba a ocurrir, si bien el acusado "lejos de frenar, con intención de atropellar y dar muerte a aquél, se cambió al carril izquierdo, incrementó aún más la velocidad y dirigió el vehículo directamente hacía él".
Así, el varón, "sorprendido por la maniobra", intentó esquivar la embestida desplazándose hacia su izquierda, hacia el centro de la carretera, quedando entonces a merced del procesado, quien para "consumar su propósito, giró el volante en su busca y lo atropelló mortalmente, quedando el cuerpo tendido sobre la calzada", según apunta el fiscal.
Además, relata que el acusado continuó su marcha hasta un semáforo próximo donde detuvo el coche y comenzó a circular marcha atrás hasta llegar a la altura del cuerpo. "Abrió la puerta, miró con frialdad el cadáver y, sin apearse, reanudó la marcha y abandonó el lugar", al igual que la mujer, que se fue a pie. Mientras, unos empleados de la empresa Sadeco-Cáritas que se encontraban en el lugar, intentaron socorrer al atropellado.