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Miércoles 27/11/2024
 

Jerez

“No voy a consentir que se cierre el caso de mi hija”

La madre de la joven que perdió un ojo al explotarle un petardo en la cara pide justicia. Aunque están esperando el recurso, advierte que agotará todas las instancias judiciales para que el caso de Rocío no se archive después de que el juicio acabara sin culpables

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  • Rocío el día del juicio. -

Después de seis años esperando el juicio, en octubre del pasado año Rocío Vázquez y su familia comprobaron impotentes que la vista por la explosión del petardo que le costó el ojo izquierdo a la joven terminaba sin culpables. El juez absolvía a los dos imputados, vecinos de Los Albarizones, y la madre de Rocío caída en un fuerte estado de ansiedad tras ver que el suceso de su hija quedaba impune. Han pasado casi cinco meses y Francisca Márquez no pierde la esperanza de que el recurso prospere, pero aún así ha remitido un escrito a la Fiscalía y al juez en el que les  traslada su malestar. “Hemos estado esperando seis años, seis años en los que mi niña ha pasado por múltiples operaciones; ahora me entero que el recurso no ha pasado a la audiencia hasta el pasado mes de enero, desde octubre, ¿todo nos va a pasar a nosotros?”, se queja indignada.


A la espera de la resolución, la madre de Rocío, que posiblemente tendrá que pasar por quirófano de nuevo por un nuevo problema en el canto del ojo afectado, tiene claro que llegará hasta donde haga falta para que se haga justicia. “ No voy a dejar de luchar. Iré a Madrid si hace falta, pero mi hija no se puede quedar así después de lo que le han hecho. Me la han dejado destrozada y no voy a consentir que su caso se cierre”, manifiesta esta “madre coraje”, que no descarta realizar algún tipo de protesta.

Sin opción a indemnización
Francisca Márquez considera “injusto” todo lo que les está pasando desde aquella fatídica Nochevieja de 2007. Desde entonces han tenido que acarrear con los gastos de los continuos viajes a Madrid y los tratamientos, y debido al impacto Rocío tiene reconocida por la Junta un  grado de minusvalía del 48 por ciento que le impide hacer una vida normal, al haber perdido también parte de la audición. Sin embargo, la ausencia de culpables en su juicio la dejan sin opción a ningún tipo de indemnización. Desempleada, al igual que su pareja y con dos niños, ha recurrido a la ONCE, donde “le han puesto en la lista de espera”.

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