La hermandad de Cristo Rey en su Entrada Triunfal en Jerusalén y Nuestra Señora de la Fuensanta (La Borriquita) sufre un momento muy delicado al no contar con el apoyo social que requiere para continuar su proyecto cofrade. Por ello, el proceso electoral que está en marcha y que desembocará con la elección de la nueva junta de Gobierno se presume crucial para garantizar el futuro de esta corporación cristiana.
La cita electoral tendrá lugar el próximo 16 de mayo, a las 20.30 horas en primera convocatoria, en un cabildo previsto en la salón parroquial de María Auxiliadora, donde, según ha trascendido, la única candidatura es la encabezada por el hermano José Antonio Castellanos Montes.
La hermandad requiere de sus hermanos la mayor implicación posible en este acto, para lo cual tendrán que aportar el DNI o bien el permiso de conducir o el pasaporte para su preceptiva identificación, pero lo realmente importante es que del cabildo salga un proyecto de futuro avalado por la participación de todos los hermanos de la cofradía del Domingo de Ramos arcense.
En cualquier caso, de salir elegido Castellanos deberá remitirse en el plazo de quince días la composición de la junta de Gobierno a la Diócesis Asidonia-Jerez para su nombramiento oficial y toma de posesión posterior. En este sentido, las personas que hasta ahora han permanecido al frente de la hermandad no querrían estar en la junta con un cargo específico, lo cual pone de manifiesto el malestar que podría estar dándose en el seno de la hermandad. Este medio ha sabido del requerimiento particular que viene haciendo el párroco de María Auxiliadora, el sacerdote Juan Manuel Sotelo Maestre, para contar con personas con cierta experiencia que puedan dirigir el proyecto cofrade junto al posiblemente nuevo hermano mayor. José Antonio Castellanos, que es desde hace años capataz del paso de Cristo Rey, tiene desde luego mucha experiencia, pero a su vez necesita de un equipo humano que le ayude a continuar adelante.
La hermandad de Cristo Rey fue fundada en el año 1962 por el sacerdote José María Campoy Sedeño. Desde entonces ha conocido épocas mejores y peores, pero siempre ha contado con la máxima simpatía de la feligresía del Barrio Bajo, aunque antaño solía procesionar también por las calles del casco antiguo, como demuestra la imagen que reproducimos de Cristo por el Callejón de las Monjas.