El hombre acusado de cometer dos delitos de agresión sexual y otros tantos robos con violencia a un varón y un menor, de 17 años de edad, en la capital cordobesa, ha negado los hechos ante el magistrado y ha manifestado que fueron "encuentros sexuales consentidos".
Así lo han apuntado a Europa Press fuentes judiciales, que han señalado que el procesado ha negado que utilizara un objeto punzante y que robara a ambas personas. El juicio ha quedado visto para sentencia en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Córdoba, después de que las partes han elevado a definitivas sus conclusiones.
En este caso, el Ministerio Público ha solicitado para el hombre penas que suman un total de 28 años y seis meses de prisión y órdenes de alejamiento de 19 años, mientras que la defensa ha pedido la absolución.
Según recoge la calificación de la Fiscalía, el primero de los hechos ocurrió sobre las 5,40 horas del 13 de julio de 2014, cuando el acusado supuestamente siguió a un hombre que caminaba por la calle Escultor Fernández Márquez, ante lo cual se percató y aligeró el paso hacia su domicilio.
Así, abrió la cancela de acceso al patio comunitario y se dirigió al portal, pero cuando trataba de abrir la puerta fue alcanzado por el procesado, que presuntamente lo abordó por la espalda y tras ponerle un objeto punzante en el cuello, le exigió todo cuanto de valor tuviera.
De este modo, se apoderó de un reloj, y acto seguido, "con ánimo de satisfacer sus deseos sexuales", el acusado empujó contra la puerta al hombre, que se cayó al suelo y tras ello le obligó a hacerle una felación, "agarrándole la cabeza fuertemente con las manos e impidiéndole moverse", según apunta el fiscal, que informa de que el reloj sustraído fue entregado en comisaría por una familiar del procesado.
EN CUATRO DÍAS
En cuanto al segundo caso, se produjo cuatro días más tarde, sobre las 11,00 horas, en las inmediaciones de un centro comercial, donde el procesado, "con ánimo de enriquecerse a costa del patrimonio ajeno", se dirigió a un joven de 17 años y le pidió un euro, si bien le dio 30 céntimos que llevaba y le mostró su cartera para que comprobara que no tenía nada más.
Ante ello, el hombre le arrebató la cartera y comenzó a registrarle los bolsillos del pantalón por si llevaba algo más. Al ver que no tenía nada, le instó a que le pidiera a alguna persona que pasara por allí, de manera que se dirigió a una señora, que se negó a darle dinero.
El joven le pidió entonces que le devolviera su cartera, negándose el procesado de forma agresiva, intimidando a éste y advirtiéndole de que se encontraba "muy nervioso" y que si no le acompañaba a conseguir dinero por la zona, no recuperaría la cartera con su documentación.
Por tanto, "sintiéndose amenazado", el joven accedió a acompañarlo hasta la urbanización El Patriarca, al tiempo que por el camino también le exigió que le entregara un teléfono móvil que portaba, según explica el Ministerio Público.
Al pasar por una caseta de transformadores, situada en una urbanización en construcción entre San Rafael de la Albaida y El Patriarca, el procesado, "con ánimo de satisfacer sus deseos sexuales", presuntamente obligó al menor a entrar y empuñando un punzón que sacó del bolsillo le conminó a que "se desnudara y se arrodillara".
En ese instante, el acusado supuestamente obligó al menor a hacerle una felación y tras unos minutos, trató de violarlo analmente, algo que no consiguió, puesto que el joven observó que el presunto agresor ya no llevaba el pincho en su mano, de manera que le propinó un fuerte empujón y consiguió que éste saliera de la caseta, desde donde le lanzó piedras, algunas de las cuales le llegaron a impactar en el cuerpo.
Por estos hechos, el acusado lleva en prisión preventiva desde el día 18 de julio de 2014, al tiempo que el fiscal le pide cuatro años de prisión por el robo con violencia y ocho años por agresión sexual en el primero de los casos, mientras que en el segundo, se enfrenta a dos años y seis meses de cárcel por el robo con violencia y 14 años por el delito de agresión sexual, además de pedirle órdenes de alejamiento por nueve y diez años, respectivamente.
