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Lunes 01/07/2024
 

Jaén

Sentido pregón, por Jaén y su Cruz

Con un diálogo entre prosa y versos, María José Chica ha ofrecido un pregón poético, lleno de experiencias y sentimientos cofrades, que recogió calurosos ..

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  • María José Chica García. -

Un pregón lleno de pasión, devoción, fe y amor. La jienense María José Chica García ha ofrecido este 2 de abril el sexagésimo pregón de la Semana Santa de Jaén, en el teatro Infanta Leonor, convirtiéndose en la primera mujer con el honor de pregonar la antesala de la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor.

En el escenario la acompañaron autoridades civiles y eclesiásticas, como el obispo de la Diócesis,Amadeo Rodríguez; el alcalde, Javier Márquez; y el presidente de la Agrupación de Cofradías, Francisco Latorre, entre otros. Su antecesor, el pregonero de la Semana Santa de 2016, Francisco Sierra Cubero, ocupó la tribuna para presentarla y lo hizo recordando que es una “cofrade de los pies a la cabeza”, una mujer “de verbo fácil y fluido” y desgranó detalles cofrades de quien desde 1990 es hermana de la Hermandad Sacramental del Perdón, Amor y Esperanza, la cofradía que preparó el escenario, con una Cruz y la corona de la Virgen.

María José Chica ocupó el atril y comenzó un pregón ‘en femenino’, dedicado a la tierra que la vio nacer, a una Jaén a la que le pidió que se levantara; y a la Cruz más emblemática de la capital, la Cruz blanca del Castillo. “Levanta, mi vida, levanta, que ya es de mañana, que ya es Domingo de Ramos, un domingo de estampa’, dedicó a la capital.

Con un diálogo entre prosa y versos, María José Chica ofreció un pregón poético, como si de un sueño se tratara, lleno de experiencias y sentimientos cofrades, que recogió calurosos y continuos aplausos de quienes llenaron el teatro para acompañarla. Con referencias a todas las cofradías y hermandades de Pasión, en un año en el que la Semana Santa jienense se engrandece con ‘Caridad y Salud’ y ‘Divino Maestro’, la pregonera les dedicó versos a todas, compartiendo palabras que recogían sentimientos propios y de quienes viven con fe la Semana de Pasión.

Habló de los jóvenes cofrades como “dignos continuadores de profundas creencias” y de los hermanos de luz, recordando que “ser nazareno es una de las experiencias más profundas y que más marcan la vida de un cofrade”.

Al llegar a Jesús del Perdón, María José Chica reconoció que es “la síntesis del Evangelio” y al hablar de la Virgen María le puso el nombre de Esperanza. “Que no te importe jaenero que esperanza sea su nombre, que Esperanza se llame la dueña de mis silencios, de mis rezos, de todos mis piropos, razones y argumentos; de mis versos más eternos que Ella sea mi alimento, reloj que desvanece las horas, el tiempo”, recitó.

Habló como cristiana recordando a quienes no lo pueden hacer con libertad, criticando a aquellos que entiende que los creyentes deberían vivir de milagro en milagro; defendió la Semana Santa porque significa “rendir culto a la Pasión de Cristo y a su Madre, María” y mostró incomprensión porque los jaeneros no pueden hacer estación de penitencia a su Santa Iglesia Catedral. “Resulta doloroso que pasemos por esta que es nuestra casa y que aunque todas las hermandades cuando desfilan la rozan, la acarician por alguno de sus costados, ni siquiera se estremece; se quede sorda, muda, como si no existiera, como si desapareciera del mapa. Nos cierran sus puertas cuando evangelizamos por las calles la doctrina de Cristo. El Jesús del cofrade es el mismo Jesús que se alberga dentro de nuestra Catedral”, pregonó. Acto seguido recitó: “No sé si me gustas más cuando eres Catedral futuro Patrimonio de la Humanidad; cuando eres templo, iglesia, capilla, o espadaña para orgullo de la cristiandad”.

En un pregón dedicado a su ciudad, a una Jaén femenina, Chica recitó: “Qué suerte la mía, poderte pregonar y a la Rosa de los Vientos proclamar, que no hay ciudad en el mundo que ni a ti, ni a la belleza de tu fe cristiana se pueda igualar”.

Y no olvidó su Cruz, la que contempla cada mañana al despertar, que le recuerda cada día que es hija de Dios y por siempre y para siempre, sierva de María.

Así terminó un pregón dedicado a su familia, a los cristianos y a las mujeres cofrades sin nombre, en un 2017 histórico para ella y para la Semana de Pasión de Jaén. Muy aplaudida, María José Chica pregonó como cofrade.

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