Tras escucharse el chupinazo o aviso de suelta, el astado salió de la barriada de la Paz concretamente la esquina del campo de fútbol seguido hasta la calle Ermita, hasta su encierro en la Plaza de Toros entrando por la puerta de Patio de Caballos.
Cientos de jóvenes esperaban en el coso y corretearon al toro por el albero de la Plaza, mientras los más modestos disfrutaban en el tendido.
Aunque se registraron algunas cogidas y fueron varias las personas que tuvieron que ser atendidas por los servicios sanitarios, no se registró ningún herido de gravedad ni por asta de toro.
Un domingo rociero muy completo que puso la nota final a la Feria sanroqueña.