El estudio usó datos de largo plazo de dos encuestas de muestras representativas nacionales de la población de EEUU para evaluar el impacto de la inseguridad crónica en el empleo, aparte de la pérdida del empleo en sí misma.
El estudio proporciona “las pruebas más firmes hasta la fecha de que la inseguridad persistente del empleo tiene un impacto negativo sobre la salud del trabajador”, añadió.
“La inseguridad crónica del empleo fue un factor más fuerte para vaticinar los problemas de salud que el tabaquismo o la hipertensión en uno de los grupos que estudiamos”.