DIEGO ALBERTOS/ J.A. BENÍTEZ
La segunda cita plástica del Domingo de Ramos en Arcos ha dejado la imagen sempiterna en Arcos de un atrio parroquial repleto de gente para ver salir la procesión de la Noble e Hidalga Hermandad de Nuestro Padre Jesús del Soberano Poder en su Prendimiento y María Santísima del Amor y Desconsuelo, la segunda más joven de cuantas cofradías hacen estación penitencial en la ciudad.
La Hermandad sigue aspirando a sacar en procesión algún día a su Virgen titular, pero mientras tanto sigue regalando a los arcenses y visitantes uno los momentos más imponentes de la Semana Santa: el Señor atado de manos debajo del olivo ante la traición consumada de Judas y en presencia de un romano que lo custodia…
El cortejo ha contado con el acompañamiento de unos 110 hermanos de fila que, como novedad, este año han lucido por primera vez una capa de color marfil con el escudo de la Hermandad bordado en el lado izquierdo; hecho que se ha producido después de 40 años. También el Señor ha estrenado una nueva túnica morada que ha lucido en su paso, decorado con rosas rojas y lirios morados. Su paso ha estrenado, además, los faroles.
El acompañamiento musical ha corrido a cargo de la banda de Nuestro Padre Jesús Nazareno de La Roda de Andalucía. Antes de que el reloj diera las ocho de la tarde, sonó la saeta de Arcos en la recia voz del gran Antonio Soto 'Sotito'.
La procesión partió a las siete de la tarde de la Basílica Menor de Santa María de la Asunción, mostrando el paso del Señor, estrenado en 2017, aún sin acabar, de lo que se está encargando el tallista Francisco Verdugo. La Hermandad desfila con el rigor y seriedad que la caracteriza, para regresar a su templo a eso de la una y media de la madrugada, ya del Lunes Santo.
