El próximo domingo día 28 de abril tenemos una cita con las urnas y como somos un País libre, y una democracia consolidada cada cual podrá votar lo que le dé la gana. Lo importante es que no nos quedemos en nuestras casas y acudamos a llenar las urnas.
Lejos queda aquel 15 de Junio de 1977. Son las decimo terceras Elecciones Generales que celebramos en nuestro País desde el restablecimiento de la democracia, y a lo largo de estas más de cuatro décadas los españoles y las españolas nos hemos ganado una situación de Paz y libertad.
Un Estado moderno y avanzado, que quiere mirar al futuro y blindar nuestro Estado del Bienestar, que espera que sus líderes coloquen los intereses generales de España por encima de sus objetivos personales y partidistas. Tenemos como ciudadanos y ciudadanas una responsabilidad y es que los resultados dependen de nuestros votos.
Una vez más la gran encuesta está en nuestras manos, el pueblo soberano, hablaremos y con nuestro dictamen diremos quienes están en condiciones de gobernar y quienes deben ser la oposición. Depositaremos dos papeletas una blanca para el Congreso y otra sepia para el Senado.
Cuando mañana sábado estemos en la jornada de reflexión, habrá quienes tengan su voto decidido y quienes apuraran hasta el último minuto. A través de las redes sociales y aunque ya no están permitidas las encuestas, asistiremos como se hacen o se inventan todo tipo de sondeos.
Hasta ahora hemos estado en el tiempo de los pronósticos, a partir de la noche del domingo, serán momentos para los análisis, y quienes antes hicieron una previsión, en esos instantes serán capaces de justificar todo lo contario.
Veremos desde nuestro observatorio, todo tipo de posturas , entre lo convergente y lo divergente con los ganadores , entre el miedo y las exigencias inmediatas del cumplimiento de las promesas , la utopía y la realidad, el principio y el fin, el punto y seguido o el punto y aparte.
Tras ir todos a votar y cumplir con nuestros derechos y deberes ciudadanos, hemos de saber elegir porque cada vez que depositamos nuestros votos tenemos una oportunidad de mejorar o empeorar nuestras vidas, huyendo de mentiras y populismos.
No podemos ni debemos atormentarnos con pensamientos que nada tienen que ver con la realidad, ni permitir que algunas barreras mentales nos impidan conseguir lo que queremos. Es más deseable a la hora de resolver los problemas que nos afectan, tender puentes que dedicarse a alimentar frentes.
Entre expectativas y requisitos, no debemos perder de vista, lo que realmente es importante para nosotros, con entusiasmo, con sensibilidad y con la actitud desbordante de dejarnos invadir por el optimismo. Tendremos dos opciones, entre los políticos que se responsabilizan y cumplen sus promesas y aquellos otros que anuncian y mienten.
Hay personas que solo quieren destrozar al adversario, mientras que otras están implicadas en la búsqueda de soluciones , en no dejar que nadie decida por ellos y tomar las riendas , en construir una sociedad más justa , que no convierta en culpables a los inocentes o los verdugos se nos presenten como víctimas.
Si el próximo domingo, como demócratas, queremos ponernos el mundo por montera, vayamos todos a votar.