Unas nociones básicas de reanimación pueden llegar a salvar vidas, por lo que muchos héroes callejeros se decantan por que haya una asignatura de primeros auxilios en las escuelas.
Para Sofía Cuberos todo hubiera sido más fácil si hubiese tenido estos conocimientos la noche que, junto a su novio, Pablo Ibáñez, divisó desde su moto a un viandante "desmayado" en una calle de Málaga, momento en el que le pidió a Pablo dar media vuelta y acudir a ayudarlo.
"Tenía los ojos vueltos y una postura muy rara, por lo que empecé a llamar a todos los números de emergencia posibles, ya que nadie se paraba a ayudarnos; solo un hombre que trató de calmarme", ha asegurado a Efe esta joven.
Cuando el hombre recuperó la conciencia, Sofía sintió que ella fue "su ángel", ya que cree que en una situación así un minuto es crucial, y que si no se llegan a bajar en ese momento de la moto, "no lo cuenta".
Francisco Carrasco, como médico de profesión, está de acuerdo con que los primeros auxilios sean materia a impartir en los colegios, sobre todo desde que fue uno de los pasajeros que viajaba en un autobús urbano malagueño que recientemente tuvo un accidente debido al infarto sufrido por el conductor y arrolló 13 vehículos.
De hecho, Carrasco fue uno de los responsables de que este chófer siga con vida, puesto que llegó hasta la cabina del conductor, colaboró en quitarle la pierna del acelerador y, le practicó junto a su compañera médica Clara Sánchez masajes cardíacos hasta que llegaron los técnicos de emergencias.
"Lo peor de todo esto es que seas uno de los pasajeros, pretendas ayudar al infartado y no sepas cómo hacerlo", ha manifestado a Efe Carrasco.
Para él no son héroes por la actuación que hicieron, ya que considera que los "verdaderos héroes" son las personas que iban en el autocar y trataron -sin conocimientos médicos- de ayudar a salvar al conductor en lugar de salir corriendo.
Lo mismo opina Aitor Alcántara -auxiliar de enfermería- sobre sus compañeros de una cofradía de Semana Santa de Málaga, quienes ante el caso de una persona que sufrió una parada cardíaca en plena calle por no tener ningún conocimiento médico únicamente pudieron apartar al público concentrado y ordenar el tráfico en la zona.
"Sin pensármelo me tiré al suelo a comprobar qué síntomas tenía el hombre y al ver que no respiraba, comencé a hacerle la reanimación, además de colocarle una toalla a modo de torniquete para frenar una hemorragia causada por una herida en la cabeza", ha relatado Aitor.
Además de sus compañeros, los vecinos de la zona le ayudaron con toallas de sus casas, colaboración gracias a la cual el afectado se reanimó antes incluso de que llegase la ambulancia.
A pesar de que uno de sus acompañantes le dijo que el hombre podía estar fallecido, Aitor asegura que trató de reanimarlo "como fuese", ya que en ese momento era lo que le "salía" hacer.