El ciudadano belga detenido por matar a su pareja, de la misma nacionalidad, este lunes en Calpe (Alicante), se ha negado a declarar. El hombre, que fue operado a causa de las heridas que se autoinfligió tras apuñalar a la mujer, se encontraba, tras recuperarse de la anestesia, en condiciones de prestar declaración pero "se ha negado".
Así lo ha asegurado el delegado de Gobierno en la Comunitat Valenciana, Juan Carlos Fulgencio, que este martes ha participado en un minuto de silencio ante la sede de la Delegación para expresar el rechazo por la muerte de Rita, la última víctima de la violencia machista en la región.
Fulgencio ha explicado que el detenido, que no tenía antecedentes ni en España ni en Bélgica, se negó a prestar declaración después de ser intervenido en el hospital. El arrestado "volverá a ser interrogado" y, si no declara, "en cuanto abandone al hospital lo volverá a intentar la autoridad judicial".
El delegado también ha recordado que no existían denuncias previas por violencia de género, aunque la hija sí ha asegurado que se había producido alguna discusión "subida de tono". De hecho, parece que la pareja había discutido tras haber participado en las celebraciones del Día Nacional de Bélgica.
CIFRAS "LLAMATIVAS Y PREOCUPANTES"
El representante del Ejecutivo central ha remarcado que el asesinato de Rita supone la sexta víctima de la violencia de género en la Comunitat Valenciana en lo que va de año y la cuarta en la provincia de Alicante. "Detrás de cualquier cifra hay casos concretos e individuales, pero no es menos preocupante la suma de todos ellos. Son cifras llamativas y muy preocupantes", ha aseverado.
Fulgencio ha aprovechado para expresar públicamente a la hija de la mujer asesinada --que fue quien descubrió el cuerpo-- "el más sentido pésame del Gobierno y de la sociedad española, que mayoritariamente repudia estos actos, al igual que la población de origen, Bélgica".
En este sentido, ha insistido en que la administración española seguirá tomando "todas las medidas posibles" para combatir esta lacra y ha llamado la atención sobre el hecho de que el problema es también europeo.
"El conjunto de los europeos tenemos un problema cultural que hay que resolver. El arrastre de las últimas estadísticas nos lleva a entender que el problema tiene que ser tratado en el conjunto de la Unión Europea porque está claro que no tiene fronteras. Sufrimos una pérdida de valores culturales, humanistas, que repercute en la parta más débil de la sociedad, que son las mujeres y esto es algo que no se puede tolerar", ha argumentado.