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Martes 19/11/2024
 

San Fernando

El Concurso de cartas 'Querido abuelo, Querida abuela…' tiene ganadora

La Residencia de Cruz Roja ha querido homenajear la importante labor que realizan todos los abuelos y abuelas con sus nietos y nietas.

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La Residencia de mayores y Centro de Día de Cruz Roja en San Fernando ha comunicado hoy la carta ganadora del II Concurso de cartas Querido abuelo, Querida abuela…, en el marco de un acto muy emotivo al que han acudido muchos de los nietos y nietas participantes.

El jurado compuesto por Antonio Montero y Bárbara Basallote, director gerente y directora de servicios de la Residencia respectivamente y Carmen Toledo, concejal de Juventud y Personas Mayores del Ayuntamiento de San Fernando, ha valorado la carta de Laura nieta de Josefa de la Llave, residente, como la mejor por cómo está escrita, por su emotividad y por describir muchos de los momentos que ha vivido con su abuela, de entre las recibidas y que reproducimos aquí:

“Querida abuela,

Con esta pequeña carta quiero expresar todo lo que por ti siento aunque no habría palabras suficientes para una persona que ha sido, es y siempre será tan importante en mi vida.

Ya apenas te acuerdas de mí. Sé que con el paso del tiempo el olvido se está llevando tus mejores recuerdos, pero no importa, te recordaré una y otra vez quién eres, lo que has representado para mí y la huella imborrable que solamente una abuela como tú puede dejar.

Yo he visto tus arrugas aparecer, la elasticidad de tu bello rostro perecer, pero para mí siempre has sido la más bella y sabia, pues tus arrugas so muestra de tu experiencia y sabiduría.

Siempre has sido una mujer muy familiar pensando antes en la felicidad de tus seres queridos antes que en la tuya dando todo a cambio de nada. Todo el mundo te quiere. ¿Te acuerdas del tiempo que tardábamos en comprar algo en la tienda de enfrente de tu casa? Todo el mundo te paraba, todo el barrio te adoraba.

Si me preguntaran quién es la mejor cocinera del mundo, no dudaría la respuesta ni un segundo: mi abuela Pepa. Recuerdo la paciencia con la que me explicabas aquellas maravillosas recetas, logrando incluso que cocinara un rico plato de lentejas siendo yo una niña a través de tus consejos y por teléfono, estando a más de 1.000 kilómetros debido a mi trabajo. Aún conservo la estampa de la Virgen que me diste cuando te comuniqué que me iba a Aragón a trabajar de maestra y tu frase de “si alguna vez te ves en apuros, rézale a la Virgen del Carmen”. Siempre tan creyente y religiosa. También conservo como un gran tesoro la manta que me tejiste para que no sintiera el frío dela lejanía, siempre cuidándome y protegiéndome.

Ahora me siento incapaz de entrar en tu casa, está vacía y son muchos los bellos recuerdos que tengo allí contigo: tus consejos, tus besos y abrazos, aquellas tardes de risas y charlas, las historias de tu juventud, nuestros cafés, aquellas partidas de damas y cinquillo, el antiguo reloj de cuerdas de tu salón, nuestras tardes de manicura, aquella terraza en la que pasabas muchas horas tejiendo… Disfrutábamos mucho, nunca nadie me ha hecho reír como tú porque sentido del humor y ganas de hablar, nunca te han faltado.

Quiero darte las gracias por ser como eres, y porque siempre has estado cuando te he necesitado. No tengo palabras para agradecerte que cuidaras de mi madre como si fuera tu hija en momentos duros como la lucha de un cáncer. Un duro golpe de la vida que hizo que te convirtieras en esa madre que la vida me arrebató y sin tu dedicación, tu cariño y tu ejemplo de fuerza y lucha durante mi infancia, no me habría convertido en la mujer feliz y luchadora que soy. Gracias por tu eterna sonrisa, tus bromas, tus caricias y estar siempre a mi lado.

Siempre había soñado con casarme y fue uno de los días más felices de mi vida pero la vejez no perdona y me faltó tu presencia aunque no tu ausencia porque estuviste presente en mi corazón todo el tiempo y como agradecimiento, mi ramo de novia te regalé en señal de amor eterno hacia ti más no hay abuela mejor para mí.

Tiemblo con la idea de que llegue el momento de tu partida sin retorno. No quiero pensar que un día me puedas faltar aunque te aseguro que tu jamás saldrás de mi vida porque… ¡abuela, tú siempre serás eterna en mi corazón!

Te quiero muchísimo

Laura

Con esta nueva edición, la Residencia vuelve a homenajear la importante labor que realizan todos los abuelos y abuelas con sus nietos y nietas, bisnietos y bisnietas, con su dedicación, enseñanzas y cariño. Y han sido ellos quienes han puesto palabras a esa relación en forma de carta dirigida a sus abuelos y bisabuelos, donde les han contado qué significan para ellos en su vida, qué les aportan, qué enseñanzas se llevan, qué vivencias han tenido, qué anécdotas recuerdan y qué palabras no olvidarán nunca.

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