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Miércoles 27/11/2024
 

San Fernando

El pregón de Dani para que lo viera su padre que estaba en el hospital

Poco podía imaginarme que finalmente esa grabación en la iglesia del Parque iba a servir para recordarlo siempre en el uso de la palabra.

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El 8 de diciembre de 2015 tenía lugar en la iglesia de San José Artesano del Parque el XXVII a la Virgen del Buen Fin, que se retomaba después de algunos años sin celebrarse.

El pregonero era Daniel Nieto Vázquez, un cofrade con un amplio currículo a sus espaldas y que había alcanzado 14 años antes el honor de ser uno de los pregoneros de la Semana Santa de San Fernando, que tuvo lugar en la Iglesia Conventual del Carmen y que se fue uno de los mejores y más elaborados pregones de la Semana Mayor de San Fernando. Tanto en prosa como en verso, que ya es decir.

A este periódico llegó la noticia del interés de Dani Nieto porque se grabara el pregón a la Virgen del Buen Fin para poder llevarle la grabación a su padre que estaba ingresado en el hospital.

Los preparativos para ello, teniendo en cuenta el fin y ante la ignorancia total del pregonero, comenzaran días antes, midiendo la luz de una iglesia en la que las condiciones climatológicas influyen en la iluminación, por lo que se hizo con diversas intensidades de luces.

Nadie sabía nada de la presencia de este escribidor en la iglesia en los días anteriores, cuando uno no es de misa diaria y no siquiera creyente e incluso con el riesgo de que finalmente no dieran permisos las autoridades eclesiásticas para montar lo que estaba programado.

Ese mismo día 8 de diciembre, momentos antes del pregón, pude hablar con el sacerdote y pedir permiso para instalar cuatro cámaras en la iglesia, haciéndole participe al cura de cuál era la intención última.

Dani Nieto salió a dar su pregón cuando ya estaba todo preparado para grabar y sólo dijo:

-¿Qué despliegue!

Pronunció su pregón, se publicó en este periódico y se le entregó una copia ya editada que es la que reproducimos en este artículo y de la cual quedó agradecido. Porque agradecido era como pocos.

Poco podía imaginarme que finalmente esa grabación en la iglesia del Parque iba a servir para recordarlo siempre en el uso de la palabra, las bellas palabras de su prosa, los versos bien medidos (rara avis en este mundo cofrade) y potentes del mejor pregonero que un servidor -que no los ha escuchado a todos- ha conocido.

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