"Menos mal que estoy en casa, porque le dije a Carme que me repasase por detrás, y no me ha hecho escaleras. ¡Tengo un ascensor!". Xermán se atrevió a pedir a su pareja que le arreglase el pelo y el resultado se lo ha tomado con humor. No es la única persona que se ha visto en esas. Se suceden los casos reales, las viñetas y los consejos de expertos a "amateurs".
Y el humor, que no falte. Luis Davila, uno de los historietistas más seguidos, ha creado una estampa en la que se ve, sentado en un sofá, a un hombre en bata colonizado por una melena. Está junto a su mujer, Mari Carme, que lee un libro, y agobiado muestra su deseo de consentir que sea ella la que devuelva la visibilidad a su rostro.
El yo con estos pelos es, no en vano, uno de los temas que ha saltado a las redes sociales en esta cuarentena, en la que las peluquerías permanecen cerradas. Un niño enfadado con el cabello exageradamente largo y de punta, acompañado del texto "Día 44 de confinamiento", circula en forma de meme por los móviles de aquellos que prefieren puntas hasta la cintura antes que un corte desastroso.
No obstante, hay quien no puede esperar. "De aquí a que salgamos, ya crecerá", dicen muchos que, aburridos en sus casas, deciden un cambio radical, tijera en mano. "Me corté el pelo bien cortito, pero lo malo es que me quedó disparejo", comenta Sabri en su Twitter, y le resta importancia a su estrago porque, añade, "como no podemos salir nadie me puede ver y yo misma me río de lo que me he hecho".
Los principales errores en un corte no profesional de una melena larga se cometen, sobre todo, "en las zonas del flequillo" y en los mechones que rodean la cara, explica en una charla con Efe la estilista gallega Loida Zamuz, fundadora del grupo Loida, que recientemente ha vendido sus salones a la multinacional Provalliance.
Para cortarse el pelo en casa, no hacen falta más herramientas que "una tijera, un peine y un par de pinzas", indica esta peluquera experimentada, que también aconseja usar "un producto para secar el pelo al aire".
Con el objetivo de no obrar un desastre, propone un peinado sencillo con solo cuatro cortes, un "bob" con disminución en la cara para una melena "con movimiento" y "con gracia", que se puede realizar una misma, excepto la parte de atrás, que debe hacerla otra persona.
Lo primero es separar el cabello mojado en cuatro partes con ayuda de las pinzas (la zona de atrás, el flequillo y los laterales). Después, coger la partición de la nuca, estirar bien el pelo y dar un solo corte seco con la tijera en horizontal.
En el turno de los laterales, según señala Loida, es necesario agarrar uno de los mechones, llevarlo hacia el otro lado por delante de la cara y hacer un corte con la herramienta en vertical y las puntas de ésta hacia abajo.
Finalmente, el flequillo se debe peinar y estirar junto para hacer un corte recto, en el que aconseja tener en cuenta la longitud deseada, pues quedará dos centímetros más corto de la zona en la que se dé el corte.
En cuanto a los varones, la tendencia capilar más viral ha sido la de las cabezas rapadas, pues un abundante número de individuos ha escogido un método más simple, el de rasurar por completo su cabello y así evitar los mechones asimétricos.
"Eso es consecuencia de una mala elección. Han hecho algo que pensaban que les iba a quedar de otra manera y cuando no hay solución lo tienen que dejar todo igual", apunta el barbero José Pablo Figueiras, dueño de la orensana Barbería Chicho, distinguida con dos Q de theQhair y elegida en 2013 como la mejor Barbería de España en los premios Barberías con Encanto.
Los errores más comunes en los cortes masculinos, advierte Figueiras en una conversación con Efe, derivan de "no saber combinar las distintas numeraciones" de los recalces de la máquina, pues "cuando se equivocan y cogen un peine más corto de lo que les hubiese gustado, se producen los escalones y la única solución para eso es el tiempo".
Al no tener un conocimiento profesional del uso de la herramienta para establecer las diferentes longitudes, los aficionados fallan principalmente en "las terminaciones de las nucas" y "los arreglos de las barbas", observa.
Por ello, se hace simpatizante de la idea de "si te quedas en casa, no te cortes el pelo en casa" ya que "solo crece un centímetro o dos cada mes", algo que considera "insignificante".
En todo caso, para aquellos que reaccionan con eso de "¡es que no me puedo ver con estos pelos!", recomienda hacer un "mantenimiento", que no un corte, es decir, pasarse el cabezal "más grande" de la máquina cada quince días para que el cabello no crezca excesivamente, sin manipular el look realizado previamente por un experto.
Un corte, en todos los casos, puntualiza, es "preferible" que lo ejecute otra persona, no uno mismo. Paso a paso, se debe empezar "por la zona de las patillas y de la nuca", con numeraciones no excesivamente bajas, de abajo hacia arriba.
Para cortarlo por la zona superior, lo normal es ir a contra pelo y, finalmente, "repasarlo mucho" para que no queden "esos pelillos largos".
Este peluquero llama a la "calma" para recordar que, cuando haya seguridad, los negocios volverán a la normalidad de una forma "pausada, con control", y, aunque por ahora se alarguen las medidas de prevención más severas, remarca: "No por ello tenemos que andar todos como si fuéramos militares".