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Miércoles 06/11/2024
 

sociedad

"Los peligros para niños en la red no hacen excepciones"

"Lo problemático es que el enlace al reto lo estamos encontrando en las principales páginas webs de juegos para niños", avisa una inspectora

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  • Internet. -

La inspectora de la Policía Nacional Silvia Barrera, que ha publicado el libro "Nuestros hijos en las red", alerta en una entrevista que los peligros en Internet "no hacen excepciones" durante el confinamiento, por lo que los riesgos aumentan ya que los pequeños pasan más tiempo ante pantallas.

"Hemos notado que durante la cuarentena han vuelto a aparecer retos virales lesivos para los niños parecidos al famoso caso de la 'ballena azul' -un juego virtual que se difundió en 2016 y que desembocó en la muerte de varios jóvenes por seguir las pruebas que se les ofrecían-", ha advertido Barrera, que ha detallado que ahora se ha viralizado un supuesto juego llamado "El Momo", que a través de la mecánica de ir avanzando niveles induce a los menores a autolesionarse.

"Lo problemático es que el enlace al reto lo estamos encontrando en las principales páginas webs de juegos para niños", avisa.

Barrera pone nombre a las principales amenazas que acechan a los niños actualmente: "el ciberacoso, la estafa mediante pagos online, el consumo de contenido violento o pornográfico, la adicción y los retos que inducen a las autolesiones o al suicidio".

La inspectora, que ocupa su cargo en la Jefatura Superior de Policía de la Rioja, señala que la mayoría de estas amenazas nacen del contacto con desconocidos, que "es uno de los peligros más frecuentes de la red".

"Les pueden contactar por todas partes. La mayoría de cosas que hacen los niños en internet se prestan al contacto con desconocidos: cuando juegan a videojuegos online, cuando utilizan las redes sociales, cuando se meten en un foro sobre su serie favorita...", enumera.

Barrera pone un ejemplo: "Hoy en día la gran mayoría de niños juegan al videojuego Fortnite, en el que en cada partida juegan con desconocidos con los que pueden interactuar. Cualquiera puede ponerse en contacto con uno de nuestros hijos, ganarse su confianza hablándole del juego y terminar quedando con él en la calle para algo peor".

Ante estos peligros, Barrera lo tiene claro: "hay que revisar el móvil de los hijos". Y añade: "no se trata de invadir la privacidad de nuestros hijos, sino de hacer un ejercicio de responsabilidad. Además, en muchos casos no hace falta leer sus conversaciones, basta con comprobar que no hablan con gente desconocida".

Otro de los conflictos que plantea el uso de las redes durante el confinamiento es la rutina de uso que hacen los niños. "Es lógico que ahora que tienen más tiempo libre y están obligados a estar en casa, seamos un poco más flexibles", apunta Barrera.

"Pero hay que vigilar que no haya un abuso de tiempo empleado en la red porque se podría convertir en un mal precedente o incluso en una costumbre difícil de revertir cuando vuelva la normalidad", subraya.

Y como solución a este conflicto, la autora de "Nuestros hijos en la red" (Plataforma) sugiere establecer un "contrato consensuado" entre los hijos y los padres con las "normas" de uso de los dispositivos móviles y las pantallas.

Por otro lado, la inspectora señala que uno de los factores que añade peligrosidad a la red es que se trata de una de las pocas facetas de la vida en la que los hijos van por delante de los padres.

"La mayoría de niños dan mil vueltas a sus padres en la navegación por internet. Además, en el colegio se cuentan trucos, se recomiendan vídeos, páginas web, nuevas redes sociales que los padres no conocen... Por eso es un error dar por hecho que el control parental es una cosa fácil. Es algo difícil. Hay que estar muy pendiente, siempre alerta", indica.

Por último, Barrera expone que no puede comprender que algunos padres se desentiendan de controlar la actividad online de sus hijos bajo el pretexto de no dominar las nuevas tecnologías: "el que se pone excusas para no controlar a sus hijos les está dejando solos ante peligros que son tan reales como los clásicos miedos de lo que pueda ocurrirle a un niño en la calle".

Y concluye la inspectora con un último consejo: "Si unos padres ven que su hijo tiene un comportamiento extraño, si no come, si está retraído, si bajan sus notas, que miren sus redes. Es muy probable que encuentren el motivo de su comportamiento".

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