La desescalada portuense en su fase 1, bien por la climatología o por las condiciones que limitan su apertura, tuvo en los comercios una acogida desigual. Los primeros desayunos acompañaron a las terrazas que sí decidieron abrir, también se pudieron ver por diferentes puntos de la ciudad bares chapados. Quizás a la espera de unas mejores condiciones para su apertura.
Eso sí, la afluencia de personas por las principales vías de la ciudad se notó con un mayor tránsito respecto a días anteriores, influenciado por las visitas a familiares y amigos.