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Martes 12/11/2024
 
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Jerez

Volver a volar sin miedo

Nada de reencuentros y controles de temperaturas con cámara térmica a los pasajeros que vienen del extranjero. Así es la nueva normalidad en el aeropuerto

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Un pasajero saluda tras bajar del avión.

Antonio es de Barbate, es gerente de un hotel Meliá en Londres y este viernes regresaba a España para ver a su familia y tratar la lesión de su pierna. El suyo ha sido un confinamiento doblemente complicado debido a un accidente de bicicleta que  le obligó a estar hospitalizado lejos de casa y sin poder recibir visitas de sus amigos. Sus padres lo esperan fuera, ya que en la nueva normalidad los familiares no pueden acceder al Aeropuerto de Jerez a no ser que tengan que acompañar a un menor que viaje solo o a una persona con movilidad reducida. “Estoy loco por abrazarles”, señala tras pasar por el control de temperatura instalado en la sala de recogida de equipaje para los pasajeros que vienen de vuelos internacionales. Muchos sonríen a la pantalla (sus ojos les delatan aunque lleven mascarilla), levantan el pulgar en señal de que está todo OK, mientras que a otros hay que llamarlos de nuevo para que se detengan delante de la cámara termográfica -se han colocado dos- porque tienen verdadera prisa por disfrutar de sus vacaciones o reencontrarse con los suyos, pero está medida es obligatoria. Junto al encargado del ordenador, hay una enfermera pendiente y un poco estresada para no perder detalle de las temperaturas de cada uno que aparece en la pantalla en tiempo real al lado de sus rostros. Si fuese superior a 37,5 grados, tendría que pasar un control secundario para someterse a una revisión en mayor profundidad.  

Antonio y los 128 pasajeros restantes habían volado desde Londres en un avión de la compañía Ryanair que aterrizó en el aeródromo de Jerez pasadas las diez de la mañana. Algunos bajan a la pista bien abrigados y hasta con un plumífero del que se tendrán que desprender en cuestión de segundos. Como lo cogieron a las 06.30 horas, “el aeropuerto (de Stanted) estaba vacío a esa hora y no hemos tenido que hacer tanto esfuerzo para el distanciamiento. El vuelo iba lleno, todos con mascarilla y, bueno, te dicen que te limpies manos, que intentes no tocar nada. Es un poco raro estar tan cerca de gente, todos aprisionados...”, señala Fernando, de El Puerto de Santa María, que no ve a la familia desde Navidades. “Vivo en Inglaterra y suelo venir cada dos meses pero con esto del Covid...”.

Él, Antonio y el resto de pasajeros, tanto españoles como extranjeros, han tenido que rellenar un formulario, que tienen que entregar al personal sanitario desplazado al aeropuerto y que los más rezagados-que son bastantes-  cumplimentan in situ, para que Sanidad Exterior puedan hacerle un seguimiento en caso de que alguno llegara sintomático. Se trata del documento denominado Passenger Location Card (PCL), en el que aparecen sus datos personales y de localización, y se les realiza cuestiones como si han tenido contacto con un caso confirmado de enfermedad por coronavirus o han acudido al hospital en los últimos 14 días; si presenta fiebre, tos o dificultad respiratoria, si ha visitado algún tipo de mercado de animales vivos, así como el nombre del país o países que ha visitado  en dicho plazo por turismo, trabajo, visita familiar, cooperación u otras cuestiones. Desde el pasado fin de semana, el Aeropuerto de Jerez dispone de lectoras específicas y una aplicación que permiten que Sanidad controle esa documentación mediante códigos QR, lo que a corto plazo agilizará el tránsito de los pasajeros por el control primario.

Para estos controles sanitarios, Aena ha contratado a dos empresas, Interserve y Quiron, en el marco del convenio con el Ministerio de Sanidad para los 47 aeropuertos de Aena, cuya presencia -tres sanitarios de cada entidad- es permanente “en los tramos horarios en los que hay posibilidad de que haya un vuelo internacional”, tal y como explica el director del aeropuerto, Iván Rodríguez, en una visita guiada a los medios de comunicación para conocer in situ el protocolo sanitario en esta etapa postcovid, cuyo objetivo fundamental es ofrecer un aeropuerto seguro tanto para los pasajeros como para los trabajadores, y que en el caso del aeródromo  jerezano se ha traducido en la puesta en marcha de cerca de 40 medidas que afectan a todos los procesos aeroportuarios, desde la facturación, ante el tránsito por el filtro de seguridad, control de pasajeros, embarque y desembarque y recogida de equipajes.

Además de la colocación de 40 dispensadores de hidrogel, de los 20 están en proceso de instalación, la limitación del aforo en aseos y ascensores y de los bancos, (se alternan los libres con los precintados para garantizar la distancia de seguridad), se han colocado mamparas (32), las bandejas  para dejar las pertenencias de los pasajeros se desinfectan constantemente y se ha reforzado la limpieza en el recinto. Otra garantía, en el caso de España, es que esta misma semana a través de un Real Decreto, el país ha convertido en norma una serie de recomendaciones de la Agencia Europea de Seguridad Aérea en cuando a distanciamiento social e higiene para reducir al máximo todos los riesgos. 

Iván Rodríguez: “El aeropuerto ha recuperado prácticamente todas las rutas”

Aunque el viernes fue el día más fuerte en cuanto a la actividad en el aeropuerto desde que el pasado 20 de junio se reanudaron los vuelos tras el fin del estado de alarma, con un total de 12 vuelos (entre llegada y salida), las cifras siguen estando muy lejos de las que se daban hace un año, cuando en estas mismas fechas operaban hasta 29. Pese a esta caída a la mitad, para el aeropuerto “lo más importante” ha sido “recuperar prácticamente todas las rutas, pues tenemos prácticamente todas las internacionales que teníamos”, expone Rodríguez, independientemente de que la frecuencia sea sustancialmente menor. “La idea es ir recuperando la frecuencia”, señala. Para hacerse una idea, si el año pasado había cuatro vuelos diarios a Madrid, en la actualidad sólo hay tres semanales. 

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