El joven acusado de degollar a un hombre en la calle Bergantín de Almería y asestarle cinco puñaladas antes de huir del lugar del crimen sin prestarle ningún tipo de auxilio se ha desligado completamente del crimen este viernes al declarar ante un jurado popular de la Audiencia Provincial de Almería que durante la noche de los hechos que se dieron el 4 de septiembre de 2019 él estaba en su vivienda tras haber pasado la tarde desmontando una cocina y en compañía de familiares y vecinos.
El acusado, que se encuentra en libertad con medidas por esta causa, ha rechazado conocer quién podría ser el autor del crimen ni tan siquiera por habladurías del barrio de Pescadería en el que vive conforme a las preguntas de su letrado, quien considera que a su patrocinado le han "intentado colocar el mochuelo", según ha manifestado ante los miembros del jurado.
"Yo he venido a decir la verdad", ha repetido insistentemente el acusado, quien ante su nerviosismo ha tenido que ser reconducido en varias ocasiones por la presidenta del tribunal de la Sección Segunda para que respondiera a las preguntas efectuadas por su defensa y la Fiscalía, que interesa 19 años de prisión por estos hechos.
El hombre, quien ha asegurado tener una discapacidad y sufrir esquizofrenia, ha relatado que la tarde previa a los hechos acudió a la casa de una vecina a desmontar una cocina, lo que le ocupó toda la jornada hasta el ocaso, cuando volvió a la vivienda que comparte con su familia y estuvo en la puerta en compañía de allegado y vecinos "a estar tranquilo" hasta que las 23,00 horas se metió en su interior.
"A las tres de mañana no puedo estar en la calle porque tengo mi medicación y a mí mi familia no me deja estar en la calle", ha dicho el acusado, quien ha afirmado que todas las prendas que los investigadores se llevaron de la vivienda para tomar muestras, entre ellas una gorra y una chaqueta, eran de su propiedad, al tiempo que se ha ofrecido a la sala para que le "haga las pruebas que quieran".
Durante la vista, la presidenta del tribunal ha aceptado así a petición de la defensa la declaración de dos de los testigos que habrían pasado la tarde anterior a los hechos con el acusado, toda vez que se ha definido la declaración de los agentes de Policía que actuaron así como la de un testigo protegido que fue clave en el momento de la investigación.
Frente a la acusación que sostiene el Ministerio Público, la defensa considera "ilógico" que el acusado pudiera estar en el lugar de los hechos el día del crimen, toda vez que ha avanzado que las pruebas de ADN efectuadas han dado "resultado negativo al 99,9 por ciento". "No sé por qué le quieren colocar el muerto a mi defendido, si es un pobre infeliz, con una minusvalía, una pensión no contributiva, y menos para un asesinato como el que se produjo", ha dicho el letrado.
Según el relato de la acusación, el acusado habría obligado a la víctima a sentarse en el suelo tras agarrarlo del cabello para, a continuación, asestarle al menos cinco puñaladas en el tórax con un arma bicortante a pesar de que la víctima se hallaba desarmada y después degollarlo. El juicio tiene previsto continuar el próximo lunes 10 de mayo.