Fernando García no necesita presentación en el mundo de la halterofilia. Deportista internacional desde los años 70, campeón de España, de la Copa de Su Majestad el Rey y expresidente de la Federación Andaluza, lleva desde 1980 al frente del club Halter-Camas, aunque su historia con este deporte comenzó aún antes: “Yo llevo desde el año 72. Se dice pronto, pero ha sido una vida entera dedicada a un deporte”, recuerda con serenidad y orgullo.
Más allá de títulos y competiciones, García subraya la dimensión humana de su labor: “No solo luchamos por marcas, sino por sacar a muchos chavales de rincones de esta sociedad que no eran el mejor camino para ellos. Meterlos en el deporte ha sido una forma de cambiar sus vidas, y la verdad es que hemos tenido mucho éxito en ese sentido”.
El club Halter-Camas no solo se ha mantenido como referencia deportiva, sino también como espacio de acogida y formación personal. “Todos los que han pasado por la halterofilia no se han ido para atrás. La labor del club ha sido importantísima. Totalmente altruista, de dinamización social, reconocida por todos en Camas”, explica el veterano entrenador.
Fernando García se emociona al hablar del impacto que el club ha tenido en generaciones de jóvenes: “A pesar de ser un deporte minoritario, hemos sido capaces de captar a chicos que corrían ciertos riesgos, sacarlos de ese entorno y llevarlos hacia lo positivo, hacia el deporte”. Lo cuenta con la serenidad de quien ha visto muchas vidas cambiar gracias al esfuerzo compartido.
La halterofilia, explica, sigue atrayendo a nuevos perfiles: “Muchos llegan desde el crossfit para aprender la técnica, y sin darse cuenta se quedan. Se meten en la competición y ya no salen. Nosotros, ¿qué vamos a hacer?”. Con una sonrisa y una humildad contagiosa, Fernando sigue haciendo lo que mejor sabe: formar personas a través del deporte.
