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Jueves 31/10/2024
 

Almería

Un hospital que no separa a madres con coronavirus de su bebé

Después del parto en el Hospital Puerta de Hierro de Majadahonda, en Madrid, uno de los pocos que no aislan a las madres de sus bebés en estas situaciones

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  • Un bebé. -

Beatriz acaba de ser madre en medio de esta crisis sanitaria. Está contagiada con COVID-19 pero ha podido estar con su hijo Kevin después del parto en el Hospital Puerta de Hierro de Majadahonda, en Madrid, uno de los pocos que no aislan a las madres de sus bebés en estas situaciones. 

Este hospital, al contrario que la mayoría, ha decidido no separar a las madres con COVID-19 de sus bebés después del parto tras comprobar que no se ha transmitido la enfermedad en ninguno de los 60 partos vaginales de mujeres contagiadas en toda España. 



"No estamos aislando porque después de analizarlo no le vemos lógica ni ninguna ventaja, no hay ningún motivo que lo justifique. El virus no pasa a la placenta y los bebés no se infectan", explica a Efe el jefe del servicio de Ginecología y Obstetricia del Puerta de Hierro, Tirso Pérez de Medina. 

Además, señala que una madre con COVID-19 "en cuanto salga del hospital sólo con montarse en el coche ya va a tener contacto con su bebé", por lo que aunque los separaran en el centro después iba a ser inevitable el contacto. 

La supervisora de Paritorio y Obstetricia del Puerta de Hierro, Elisa Careaga, celebra esta decisión, que permite a las mujeres contagiadas afrontar el parto con otra perspectiva. 

"Todo te da miedo cuando estás embarazada, pero en esta situación más aún por lo que le puede pasar al bebé. Tienen que venir a un sitio hostil como es un hospital, pero nosotros no hemos cambiado la manera de actuar", subraya. 

El Puerta de Hierro, que ha abierto sus puertas a Efe para mostrar su trabajo, tiene una planta para madres con COVID y otra para madres que han dado negativo en la prueba. 

Ambos médicos aclaran que cuando llega una gestante le hacen la prueba PCR, únicamente para saber si tienen que tratarlas en la zona COVID, donde el personal sanitario ha de tomar las medidas de seguridad necesarias para evitar el contagio. Por todo lo demás, el protocolo en el parto es el mismo que antes de la pandemia. 

El único inconveniente al que apunta la doctora Careaga es que al tener que llevar un equipo de protección con gafas y mascarilla no puedes transmitir la misma cercanía a las madres durante el parto. 

"Ellas se sienten más distantes, pero la actuación es igual", comenta. 

En cuanto a los padres de mujeres contagiadas, en el Puerta de Hierro permiten que sigan entrando al parto porque consideran que si hacen vida con su mujer ellos también son positivos en COVID o sospechosos de serlo. 

Después del parto, estos padres permanecen en una habitación con su pareja y el bebé de la que no pueden salir y donde les llevan el desayuno, la comida y la cena como si fueran un paciente más. 

"Es como si el padre fuera positivo, están aislados los tres con el bebé, la única precaución que les pedimos en la denominada 'room in', donde están los tres aislados, es que cuando la madre le dé de mamar al bebé se lave bien los pezones, las manos y que la cuna esté a dos metros a los pies de la cama", detalla el jefe del servicio de Ginecología y Obstetricia. 

El primer día que el Puerta de Hierro puso en marcha este protocolo, de siete mujeres que acudieron al hospital a dar a luz, cuatro dieron positivo en coronavirus. Pero desde entonces, en los más de cuarenta partos que ha habido sólo cinco mujeres han dado positivo. 

"En la planta de COVID tenemos diez habitaciones para mujeres que han dado positivo y ahora sólo están tres ingresadas", cuenta el doctor, que muestra su sorpresa por la reducción en la cifra de madres contagiadas, un cambio que la supervisora del paritorio atribuye a las medidas de confinamiento. 

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