Guardia Civil colabora con la Junta contra la pesca furtiva
Intervenidas 210 artes y redes ilegales y denunciadas 26 embarcaciones. La angula ha sufrido una reducción del 95 por ciento de la población en los últimos años.
La Junta de Andalucía, a través de las Consejerías de Medio Ambiente y Agricultura y Pesca, ha solicitado la colaboración de la Guardia Civil para evitar la esquilmación del estuario del río Guadalquivir, sobre todo, en lo relativo a la captura de la angula, prohibida por decreto a finales del pasado año ante la situación crítica en la que se encuentra la especie, en riesgo de desaparición.
Fruto de esta colaboración, medio centenar de efectivos de la Guardia Civil pertenecientes al Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona)y técnicos de la Junta participaron desde primeras horas de la jornada del martes en una actuación en el estuario del río Guadalquivir, contra la esquilmación de la zona de freza y cría de las especies pesqueras.
Un servicio intensivo de apoyo a estas consejerías contra las que los riacheros, que suponen unas 180 personas entre las localidades de Trebujena en Cádiz e Isla Mayor y Lebrija, en Sevilla, protestaron ante la entrada en vigor del decreto que prohíbe la captura de esta especie durante un período de 10 años.
DISPOSITIVO
A primeras horas de la mañana los agentes del Seprona comenzaron el operativo contra las embarcaciones ilegales que se dedicaban a la pesca de la angula y del camarón, utilizando para ello nasas holandesas, cedazos, cucharas de popa o corianas y redes con una luz de malla de hasta un milímetro de cuadro, según informó el Instituto Armado en un comunicado.
En total fueron inspeccionadas 26 embarcaciones, todas dedicadas habitualmente a actividades pesqueras ilegales y a las que les fueron intervenidas 210 redes y artes de pesca no autorizadas, por lo que la Guardia Civil procedió a retirarlas del río Guadalquivir y anunció que serían destruidas. Cabe señalar que todas las embarcaciones inspeccionadas carecían de cualquier tipo de documentación, matrícula , permiso de navegación y de pesca en dichas aguas, por lo que desde el Instituto Armado señalaron que “esquilmaban la fauna marina del río Guadalquivir con el agravante de que esta zona está considerada como la más importante en cuanto a la freza y cría de especies marinas que posteriormente pueblan el caladero del Golfo de Cádiz”. Así, esta actividad reconocida en un informe de la Agencia Andaluza del Agua sobre la situación del estuario del Guadalquivir alertaba de la existencia en 2008 de unas 130 embarcaciones dedicadas a la pesca de la angula, que no figuraban en el libro de registro preceptivo ni cumplían los requisitos de estar en posesión de licencia de pesca y autorización de artes ni inscripción de las mismas. A la situación irregular de las artes y embarcaciones se suma el hecho de que estas son adema´s de construcción artesanal y que “no reúnen las mínimas condiciones de navegabilidad ni seguridad para el tráfico marítimo”.
En este estudio se hacía referencia a que “la angula se encuentra sometida a unas condiciones de sobreexplotación alarmantes”, basándose en que en el año 2004 se había producido una reducción del reclutamiento en un 95 por ciento y que el Consejo Internacional para la Explotación del Mar (CIEM) había emitido un dictamen según el cual “la población está fuera de los límites biológicos de seguridad y la pesca no se ejerce de manera sostenible”. Unos extremos que llevaron a la aprobación en 2007 del reglamento 1100/2007 por el que se establecían medidas para la recuperación de la anguila europea y recomendaba elaborar en 2008 un Plan de Gestión que incluyera una reserva de al menos el 60 por ciento de las capturas para repoblación y una reducción del 50 por ciento del esfuerzo pesquero en aguas comunitarias.
PERJUICIOS
Esta actividad se desarrolla en una zona biológica y ecológica muy sensible, denominada zona de cría y engorde del Bajo Guadalquivir, cuya macrofauna está compuesta por al menos 134 especies, entre vertebrados e invertebrados, La utilización de redes muy finas, de un milímetro de luz de malla, provoca que todas las especies que cohabitan en el estuario caigan en estas redes, lo que conlleva importantes perjuicios para la actividad pesquera de localidades como Sanlúcar, Isla Cristina o Punta Umbría.
Por ello, al amparo del artículo 20 de la Ley 8/2003, de 28 de octubre, de la flora y la fauna silvestre se aprobó el decreto tendente a la recuperación de la especie, que prohibía la captura de la Anguila Europea en cualquiera de sus fases de desarrollo en las aguas marítimas interiores y continentales de Andalucía por un período de diez años. Las infracciones se encuentran contempladas en esta Ley y han sido remitidas a la Delegación provincial de la Consejería de Agricultura y Pesca y Medio Ambiente de la Junta y a Capitanía Marítima.
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