Tras el suceso fueron detenidas once personas. Tres de ellos tienen entre 20 y 21 años y están a la espera de ser juzgados, mientras que ayer llevó a cabo la vista por el resto de arrestados que son menores de entre 15 y 17 años. Durante el proceso, todas las partes implicadas han llegado a un acuerdo y finalmente tres de los jóvenes deberán permanecer internados durante cuatro años en un centro de menores, en régimen semiabierto. El resto de menores jugados en la misma causa estarán en libertad vigilada con diferentes tipo de tratamiento, según el caso, como de deshabituación de droga o convivencia con grupos educativos.
El suceso tuvo lugar en la madrugada del pasado 30 de marzo, en una zona adyacente a los locales de ocio del municipio cordobés cuando sobre las 5.25 horas, la Guardia Civil recibió una llamada telefónica que alertó de que en un camino había una persona tendida en la cuneta de la carretera. Al acudir, los agentes encontraron a una persona de unos 30 años que se encontraba tumbado con la cara ensangrentada, ebrio e incapaz de articular frase inteligible alguna, tanto por su desconocimiento del idioma, como por encontrarse bajo los efectos del alcohol.
Ante la gravedad de las heridas que presentaba la víctima, que fue identificada como el ciudadano rumano Tudorel Listrauescu, fue trasladado al hospital Infanta Margarita de Cabra (Córdoba) donde se apreció que presentaba falta de movilidad y sensibilidad en varios miembros y extremidades. de este modo, los facultativo decidieron trasladarlo al hospital de tetrapléjicos de Toledo.
Las detenciones
Las primeras investigaciones permitieron a la Guardia Civil saber que la agresión se había producido en la madrugada y habría sido cometida por varios grupos de personas que se ensañaron con la víctima, quien no ofreció resistencia alguna dado el estado de embriaguez en el que se encontraba. Según los agentes, la víctima, al no entender el español, mostraba todo el dinero que tenía cada vez que tomaba una consumición en los locales del pueblo para que el camarero se cobrara la consumición, algo que al parecer fue observado por los detenidos, que le siguieron con la intención de robarle.
Así lo hicieron y en concreto se apropiaron de 600 euros, además de una cadena, el teléfono móvil, documentación y un anillo de oro. Éste último objeto fue el que llevó a los agentes hasta los culpables, ya que uno de los agresores, menor de edad, había grabado sus propias iniciales en una joyería de Rute en ese mismo anillo. De este modo, se procedió a su detención y a la de otras 10 personas.