Según consta en este bando, el Consistorio hace saber a los vecinos que "se está produciendo un aumento notable del número de palomas, favorecido por el suministro de alimentos por parte de algunos vecinos, en su equivocada intención de proteger a estos animales".
Causan muchos problemas
Por otro lado, el Ayuntamiento anunció que las principales consecuencias de la proliferación de las palomas son "los daños que producen en las casas, edificios o monumentos, el atasco de canales de desagüe, la erosión de las piedras por deyecciones, y los daños por instalación del nido en recovecos de los edificios, en otros materiales y superficies, como la pintura de los coches, suciedad en patios, fachadas, en la ropa tendida, entre otros".
Así, el bando incluye los riesgos sanitarios de estos animales e informa de que "algunas de las enfermedades que contaminan al hombre son transmitidas por los excrementos, como la histoplasmosis, que tiene síntomas similares a los que produce la tuberculosis".
Por último, este bando incluye datos sobre estos animales que generalmente son desconocidos como que una sola paloma produce aproximadamente 12 kilogramos de excrementos al año y que una pareja, si dispone de alimento y condiciones favorables de clima, puede llegar a criar diez veces al año y producir hasta 20 descendientes por nido y temporada, lo que supone un importante problema.
Solución al problema
Por todo esto, el consistorio se ha puesto manos a la obra y ha contratado los servicios de una empresa (Las Brujas Falconer) para que controle y reubiquen a las palomas, mediante una técnica que es pionera en suelo urbano, los vuelos de marcaje realizados por águilas americanas. Tras la intervención de la empresa, el censo de palomas ha pasado de más de 1.500 ejemplares a principios de verano a los doscientos actuales. Además, los vuelos de las rapaces por las calles del casco histórico de Ayamonte son un verdadero espectáculo.