La decisión de Ibercaja de reducir sustancialmente el 'pay out', el porcentaje de beneficios que distribuye en forma de dividendos, es un movimiento preocupante para observadores y accionistas y que revela posibles tensiones y desafíos dentro de la entidad. Esta medida toma especial relevancia al considerar el contexto histórico y las obligaciones financieras que Ibercaja enfrentó al decidir no salir a cotizar en bolsa.
Al abandonar sus planes de oferta pública inicial, Ibercaja y su principal accionista, la Fundación Bancaria Ibercaja —que controla el 88% del capital—, se vieron obligados a establecer un fondo de reserva de 320 millones de euros en un plazo de cinco años. Este fondo tenía como objetivo proporcionar un colchón financiero en caso de que el negocio se deteriorara o la entidad no cumpliera con los mínimos de recursos propios exigidos por los supervisores.
El hecho de que Ibercaja haya mantenido previamente un 'pay out' excepcionalmente alto, llegando al 60% de sus beneficios, se entendía como una estrategia para alimentar dicho fondo de reserva. Sin embargo, la reciente reducción en esta tasa de distribución podría interpretarse como una señal de alerta, sugiriendo que, aunque el fondo de reserva se haya completado, hay preocupaciones más profundas sobre la estabilidad y solvencia futura de la entidad.
Reducir el 'pay out', particularmente en un contexto donde el banco ha beneficiado de un entorno de tipos de interés altos y una mejora en la gestión de costes y morosidad —factores que han elevado los beneficios recientes—, parece indicar una previsión cautelosa ante posibles escenarios económicos adversos. Esta medida de prudencia financiera, aunque puede ser vista como un paso responsable hacia una mayor solvencia, también plantea preguntas sobre los desafíos anticipados por la dirección del banco, incluyendo potenciales deterioros en el mercado o exigencias regulatorias más estrictas con la implementación de Basilea III.
El ajuste en la política de dividendos también tiene un significado más amplio dentro del contexto del sector bancario español, donde muchos bancos luchan por alcanzar niveles de solvencia comparables con los estándares europeos. En este sentido, la decisión de Ibercaja puede presionar a otras entidades a reevaluar sus propias políticas de dividendos, especialmente en un momento en que se esperan condiciones económicas más desafiantes y una regulación más rigurosa en términos de capital y solvencia.
IBERCAJA ANUNCIA UNA SUBIDA DE SUS BENEFICIOS
Ibercaja obtuvo un beneficio neto de 58 millones de euros en el primer trimestre, un 5,9% más que el registrado en el mismo periodo del año anterior, una vez contabilizado íntegramente el impuesto extraordinario aplicado al sector bancario correspondiente a este ejercicio, por un importe de 40 millones de euros, según ha informado este martes a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
La entidad incrementó los ingresos recurrentes un 10,4% respecto al mismo trimestre del año anterior, hasta los 322 millones de euros, alcanzando la rentabilidad (RoTE) el 8,8%, mientras que el margen de intereses creció un 8,2%, hasta los 170 millones de euros "por el buen comportamiento de los ingresos financieros".
El ratio de capital CET1 'Fully Loaded' aumentó en el primer trimestre hasta el 13,1%, y el ratio de Capital Total 'Fully Loaded' lo hizo hasta el 17,7%.
Los activos problemáticos netos, que incluyen dudosos y adjudicados, se redujeron un 4% en el trimestre, hasta los 147 millones de euros, lo que representa menos del 0,3% del total de los activos del banco, porcentaje más bajo del sistema financiero español, a pesar de las incertidumbres del entorno.
Por su lado, los recursos de clientes se incrementaron hasta los 72.186 millones de euros, un 1% más en el trimestre y un 5,3% de aumento interanual, gracias a la "intensa actividad comercial en la formalización de depósitos a plazo y de los productos de gestión de activos y seguros de vida", tal y como ha detallado la entiendad, que subraya que los recursos fuera de balance creciero un 3,3% en el trimestre, hasta los 38.998 millones de euros, representando ya el 54% del total de recursos de clientes.