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Escrito en el metro

La velada de las inmundicias

El factor común en el Mediterráneo son el fuego purificador, capaz de eliminar todo lo malo del último año, y el agua del mar

Publicado: 05/07/2024 ·
09:50
· Actualizado: 05/07/2024 · 10:01
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  • Hoguera de San Juan. -
Autor

Salvo Tierra

Salvo Tierra es profesor de la UMA donde imparte materias referidas al Medio Ambiente y la Ordenación Territorial

Escrito en el metro

Observaciones de la vida cotidiana en el metro, con la Naturaleza como referencia y su traslación a política, sociedad y economía

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La traca de los fuegos artificiales desvía mi mirada del ordenador hacia la ventana desde donde mi helecho ritual preside el despacho. El ruido atronador anunciante de la llegada del verano es acompasado por un coro de gaviotas horripiladas. Mis neuronas no pueden concentrarse en lo que leo y, aun menos, en lo que debo escribir. Acabo por cerrar las ventanas en espera de que el silencio de la noche vuelva a imperar. Un destello de luces polícromas vuelven a reclamar mi mirada a los cristales, concentrándose en el colorido reflejo que cubre las frondes del apreciado vegetal. Entonces recuerdo que para mi anterior columna mi buen amigo Luis Alfonso Martín, me regaló nada menos que la versión serratiana de aquel ‘Testamento para el miércoles’ de Benedetti, por el que legaba al jueves el helecho ritual que me intimida con la vieja elegancia de sus hojas. Y por ser cuando es, la memoria me enlaza con al cuento de Gertrudis Gómez de Avellaneda ‘La velada del helecho’, en el que durante la noche de San Juan el mismísimo diablo tenía el único momento de debilidad del año para hacer una buena acción, debiendo estar los que se ofrecieran a ello ocultos y silentes entre helechos. Los cuentos, leyendas y tradiciones, en esta supuesta noche mágica, son tan numerosas como diversas. El factor común en el Mediterráneo son el fuego purificador, capaz de eliminar todo lo malo del último año, y el agua del mar, que proveerá de la sal de la vida y de la alegría de vivir.

Viajando en el tiempo hasta el siglo treinta, me encuentro con un amigo arqueólogo que anda enfrascado en interpretar estos festejos en el presente. Tiene abiertas en su diaporama digital muchas interrogantes cuyas soluciones no logra entender. En el punto donde convergen todas las líneas relacionales, un círculo central incluye la pregunta ¿Qué celebraban? Según su hipótesis exhibían entorno a las hogueras todas sus vanidades, jactancias y vanaglorias, en un esfuerzo de prepotencia, para ensuciar la Naturaleza y contaminar los mares. La noche de San Juan, como se desvela cada amanecer posterior, se ha convertido en la Velada de las inmundicias. Ya ni siquiera el diablo quiere presentarse para el ejercicio anual de bondad, tiene miedo.

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