La aparición el Viernes de Dolores de dos jabalíes en el Parque de Miraflores buscando alimentos alertó a los vecinos, lo que suscitó una investigación por parte de los servicios de emergencias municipales, aunque la clave la ha puesto Ecologistas en Acción, no sólo porque la aparición de fauna silvestre en parques urbanos y zonas ajardinadas haya dejado de ser un caso aislado sino porque en este caso no son jabalíes silvestres, sino híbridos con cerdo doméstico, lo que a juicio de la asociación es un claro ejemplo de un “desequilibrio ecológico”.
Ecologistas planea, como estrategia de control de estas poblaciones, la reintroducción controlada del lobo en zonas adecuadas de Andalucía se plantea como "una herramienta eficaz para el control natural del jabalí", además de realizar capturas en vivo, especialmente de ejemplares híbridos, para analizar su genética y, en su caso, regular la presencia de ejemplares con las características propias del jabalí silvestre autóctono. Suman también campañas de concienciación para no alimentar a estos animales y una adecuada gestión de los residuos urbanos.
Ecologistas recuerda que ya el pasado verano ocurrió un hecho similar en un camping de Portugal, en la costa sur, cuando un jabalí irrumpió en el recinto y, del entusiasmo y la curiosidad inicial de las familias, se pasó a la preocupación cuando el ejemplar, también hibridado con cerdo doméstico, comenzó a alimentarse de basuras y restos de comida. Y si en las sierras andaluzas ya se ha visto cómo algunas especies silvestres, impulsadas por su capacidad de adaptación y un notable crecimiento poblacional, se acercan a entornos urbanos, hasta en Londres se han visto zorros deambulando por la ciudad, mientras no es rato ver erizos, ardillas o mustélidos que “han perdido el temor a las personas y se integran en el entorno urbano con relativa facilidad”.
La presencia del jabalí en zonas pobladas sí que genera mayor preocupación, “especialmente cuando se trata de ejemplares híbridos con escasa aversión al contacto humano”. Según Ecologistas en Acción, “este fenómeno no es casual, sino consecuencia de un desequilibrio ecológico vinculado a la mala gestión de esta especie cinegética”.
Juan Cuesta, portavoz de la organización en Andalucía, apunta que “en los años 80 y 90 se multiplicaron las granjas cinegéticas destinadas a abastecer cotos de caza mayor. En muchos de estos centros se cruzaron jabalíes con cerdos domésticos para aumentar la productividad. Estos híbridos, más prolíficos, eran cazados o bien escapaban, iniciando procesos de expansión que hoy constituyen una auténtica plaga”.
Los animales, al haber perdido el miedo al ser humano, se desplazan sin dificultad hacia zonas agrícolas e incluso periurbanas, provocando daños en cultivos y asustando a la población menos familiarizada con ellos, explican. Frente a esta situación, Ecologistas en Acción propone una estrategia de control poblacional que va más allá del incremento de licencias de caza.
La organización apuesta por campañas de educación ambiental, alertando sobre los riesgos de alimentar a animales silvestres y fomentando una gestión adecuada de residuos urbanos. En palabras de Cuesta, “la caza, lejos de ser la solución, ha sido parte del problema. La actual gestión cinegética beneficia a quienes contribuyeron a este desequilibrio mediante prácticas irresponsables”.
Además, Ecologistas en Acción destaca que la ausencia del lobo ibérico, su depredador natural, ha agravado el problema. La transformación del paisaje andaluz -de espacios ganaderos a cotos de caza cerrados- favoreció la desaparición del lobo, que cumplía una función esencial en el equilibrio ecológico. “En las pocas regiones donde este depredador se mantiene, no se registran este tipo de conflictos y la prevalencia de enfermedades como la tuberculosis es mucho menor”, aseguran.
Como medida a medio plazo, la reintroducción controlada del lobo en zonas adecuadas de Andalucía se plantea como una “herramienta eficaz para el control natural del jabalí”, señalan. Esta propuesta, acompañada de medidas de coexistencia con la ganadería extensiva, podría beneficiar tanto al medio ambiente como al sector agrícola y ganadero, especialmente a la ganadería extensiva.
Por último, Ecologistas propone la realización de capturas en vivo, especialmente de ejemplares híbridos, para analizar su genética y, en su caso, regular la presencia de ejemplares con las características propias del jabalí silvestre autóctono.
