A la Princesa Leonor la han sorprendido con un reportaje en bikini, publicado en la revista ‘Diez Minutos’, mientras se bañaba en las aguas cálidas de una playa de Uruguay, junto a otros compañeros, en un día radiante de descanso en su travesía en el buque Juan Sebastián de El Cano. El periodista Ángel Antonio Herrera ha escrito que la publicación de esas fotos “nos han dado a una Leonor estival, bella, playera y de asueto”. Leonor está recibiendo una amplia formación militar, a la que en principio parece que se oponía su madre, la Reina Leticia, pero de la que era partidario el Rey Felipe VI, al que se impartió en su juventud una enseñanza semejante, al igual que a Don Juan Carlos. La periodista Pilar Eyre, y otros profesionales de los colorines, sostenía que, la Princesa, lo que necesitaba era “un noviete”, más que hacer la instrucción diariamente vestida de militar, pero ahí está el carácter de una futura reina, que emprendió una difícil travesía a través de las enseñanzas militares, porque consideró que La Corona y su propia formación lo requerían, entre otras cosas para fortalecer la salud de la Monarquía española, que atravesó difíciles momentos cercada por el elefante de Botsuana, los arrebatos emocionales de Juan Carlos I desde Emiratos Árabes, y las intrigas de la intrigante Corinna. Algún día se valorará lo que debe la Monarquía a Don Felipe y, también, a la frutal y luchadora Leonor.
Pero la caza de la exclusiva se ha desatado. Los del ‘colorín/coeur’, decíamos, hablan ya de “una de las princesas más guapas del mundo”, y la perseguirán parapetados como sombras reporteros y fotógrafos en busca de la exclusiva de hallarla con “un noviete”. Le ocurrió en los 90 al entonces Príncipe Felipe con aquella modelazo rubia de inquietante escote de cuyo nombre ya casi nadie se acuerda. Pero mientras se sigue la pista de Leonor con su bikini de chica de 19 años o su uniforme militar ’14 botones’, el personal se distrae de la angustia de Trump, ese tipo con gorrilla roja de macarra, y de los ruinosos aranceles. Y eso es mucho. Porque Leonor trabaja por el sostenimiento de la Monarquía en un país, dicen, mayoritariamente republicano. Sobre todo se sintió el latido republicano en los albores de la Transición y, después, a la sombra de las utopías del 15-M en la Puerta del Sol. Pero la mayoría de los republicanos consideran, creo, que resulta preferible una Monarquía encabezada por Leonor, que una República bajo la presidencia de Isabel Díaz Ayuso. O sea.